Activismo Espiritual

El activismo se refiere a mantenerse activo a favor o en contra de algo; en las últimas décadas se ha asociado el término con la militancia socio-política; pero el verdadero activismo busca promover un cambio para convivir con valores orientados al bien común. Vivimos épocas en donde existen muchos movimientos sociales que buscan enfrentar al sistema para construir un mundo mejor, así nos encontramos con los ecologistas, protectores de animales, defensores de los derechos humanos y otros que luchan incansablemente por su verdad. Hoy quiero hablar de un activismo que considero que es el punto de partida una convivencia armónica, se trata del activismo espiritual porque “Lo que ocurre dentro, ocurre también afuera y viceversa”.

Para ser parte de ese cambio que tanto añoramos en el mundo, debemos comprometernos con él. Comportarnos con respeto hacia nosotros y hacia los otros, con compasión, tolerancia,  y amor.

El activismo espiritual es la participación activa en el cambio a través de acciones holísticas, de respeto, compasión, amor, integridad, tolerancia y empatía. Se trata de hacernos conscientes en que tenemos el poder de cambiar las cosas partiendo de nostr@s mism@s, transformando el miedo en coraje, la rabia en amor y la ignorancia en compasión. Nos hacemos responsables de enfrentamos lo que nos duele y lo que no queremos ver, con fuerza y determinación. Caminamos hacia adelante conectd@s con nuestra alma.

¿Cómo podemos desarrollar nuestro activismo espiritual?

  1. Participando activamente en todo lo que consideramos importante, desde un lugar de respeto hacia los demás. No se puede ser activista y vulnerar los derechos de los demás.
  2. Identificando nuestra sombra y trabajando en el perdón. La sombra es aquello que escondemos bajo la alfombra, que reprimimos y negamos. Identificamos nuestra sombra en todo aquello que proyectamos en otros y en la realidad en la que vivimos. Trabajamos en el perdón cuando somos capaces de tratarnos con amor, perdonando nuestros errores, alejándonos del juicio y la crítica.
  3. Gestionando nuestras emociones, siendo prudentes y no espera que los demás actúen según nuestros deseos.
  4. Siendo compasiv@s; la compasión es la clave para el mundo que queremos ver. Lo que está en uno, está en el todo. Es necesario expresar nuestros sentimientos de compasión, aceptación, tolerancia y solidaridad por todos los seres vivos. Reconociendo el sufrimiento de otros y buscando hacer lo posible por aliviarlo. Alejémonos de la indolencia!
  5. Desarrollando nuestra innovación y creatividad. Es necesario creer firmemente que nuestro aporte al mundo es trabajar por ser nuestra mejor versión; recorriendo nuevos caminos, cortando aquellos mandatorios familiares o sociales que no nos hacen felices.
  6. Alegrándonos por los logros ajenos, deseando el bien. Siendo generos@s, ayudar a otro es una forma de amor propio, de generosidad hacia uno mismo y hacia el mundo. Cuando le deseas el bien a otro, eso se refleja nuestra vida.
  7. Viendo a plenitud guiad@s por nuestros valores, con coherencia alinead@s con quien queremos ser.

Para desarrollar nuestro activismo espiritual es importante buscar los espacios de silencio y de contemplación, participar activamente en aquellas cosas que son importantes para nosotros y actuar con coherencia, defendiendo lo que consideramos importante, con respeto y amor.

Ilustraciones tomadas de Internet
Dulcinea
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