Alquimia Emocional

Alquimia es  la ciencia que precede a la química, se trata dela mezcla de líquidos para obtener una nueva sustancia; también se utiliza el término para referirse a la transformación de una cualidad a otra, como convertir cualquier metal en oro. Ésta es una linda metáfora para reflejar nuestra propia transformación, algo así que el camino que recorremos a lo largo de nuestra vida en búsqueda de nuestra purificación y transformación en nuestra mejor versión.

En el pasado, muchos alquimistas dedicaron sus vidas a buscar la piedra filosofal, con muchas propiedades místicas y mágicas, como en Harry Potter. Con ella tendrían la capacidad de transmutar los metales en oro o plata, y la capacidad de curar todo tipo de enfermedades y prolongar la vida de humanos, animales y plantas.

Hoy hablaremos de la alquimia emocional, que es la capacidad de transformar cualquier tipo de limitación emocional, en una puerta de entrada a nuestro máximo empoderamiento, a través de la toma de consciencia,  autoconocimiento y la gestión de emociones.

¿Cómo podríamos hacer alquimia emocional en nuestra vida?. Tomando consciencia de nuestras emociones para conquistar nuestra liberación interior. Por ejemplo, elijamos una situación complicada emocionalmente, puede ser la relación con una persona que se ha tornado difícil o un desafío personal que nos agobie, nos confunda o nos orille a sentirnos incapaces de encontrar una solución. Reconozcamos la emoción detrás que nos incómoda;  puede ser impotencia, frustración, rabia, miedo. Esa emoción será nuestro metal de baja ley, digamos que será el plomo para nuestra alquimia.

Ahora hagamos un ejercicio junt@s; es muy fácil y no nos quitara mucho tiempo. Cerremos los ojos y respiremos profundo, apacigüemos nuestros pensamientos para acallar nuestra mente y escuchemos nuestra voz interior. Visualicemos aquello que nos intranquiliza. ¿Son ciertas actitudes o reacciones de otros?. ¿Se trata de que no tenemos el control y eso nos desequilibra?

Analicemos nuestras propias respuestas y reflexionemos.

 – Si es una relación, pensemos en la otra persona como alguien que también está sufriendo. Que tiene sus propias heridas y está intentando hacer lo mejor que puede, aunque muchas veces no logra un mejor cambio porque su mochila es muy pesada.
– Si se trata de una situación, abracemos nuestras decisiones, alejándonos de la culpa y el juicio. Pensemos que estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo y aunque a veces resulta difícil no tener el control, relajémonos y dejemos que todo fluya.

Este ejercicio nos habilita para reconectar con el amor y la compasión, ayudándonos a abrir el corazón. Cuando podemos sentir compasión por nosotros y por los demás, es mucho más fácil cambiar nuestra actitud y encontrar una perspectiva más positiva para los desafíos presentes. Es mucho más fácil comunicarnos con el otro desde el amor  y no desde el juicio, también es más reconfortante enfrentar las dificultades enfocándonos en dar lo mejor que podemos en cada momento, sin juzgar la situación ni nuestro esfuerzo. Transformando nuestra rabia, resentimiento y frustración en amor, compasión y entendimiento, estamos haciendo verdadera alquimia emocional, estamos transformando el plomo en oro. Y éste, es un verdadero milagro.

Se trata de descubrir los patrones que están detrás de nuestras conductas y reacciones, para equilibrarlos y tener plena conciencia de esos estados, sabiendo a qué responden, convirtiéndonos en alquimistas interiores con la habilidad de transformar momentos de confusión en claridad intuitiva.

Ilustraciones tomadas de Internet

 

 

Dulcinea
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