Bambú Japonés

bambu Hace algún tiempo hice un viaje a Japón, un maravilloso lugar lleno de historia, cultura y tradición. Un espacio fabuloso en donde las costumbres milenarias conviven con la modernidad. Fue un viaje que alimentó mi espíritu; porque pude encontrar muchas respuestas en las cosas más simples que puedan imaginar.

Antes de viajar, contacté con un Maestro Zen que siempre había querido conocer. Logré hacer un itinerario de viaje que me permitiera visitar por tres días la ciudad en donde él se encontraba. Había esperado ese encuentro por muchos años y por fin lo conocería. Cuando por fin me encontré con él, apareció el primer obstáculo, el idioma. Nuestra comunicación iba a tropezones, él hablaba japonés y yo no; yo hablaba inglés y él apenas podía comunicarse. De pronto empecé a sentir mucha frustración por no poder tener una comunicación fluída; el viaje no estaba desarrollándose como yo lo había imaginado.

Una tarde el maestro me invitó a dar un paseo; pasamos mucho tiempo caminando sin hablar, solo en silencio. De pronto se detuvo y pronuncio algunas palabras que yo no podía entender, le hice señales que decían que no podía entenderlo, mi frustración se acrecentaba y se hacía más evidente. Fue entonces que me dijo que me relaje y encuentre el foco; que el idioma no era importante y que solo debía disfrutar el paisaje, con el corazón.

Cuando deje de preocuparme por el idioma, pude disfrutar de mí alrededor; estábamos en un precioso jardín de Bambú Dorado. El Maestro me contó la historia del Bambú Japonés y me propuso que en cada etapa de mi vida reflexione al respecto. Ya han pasado algunos años desde ese viaje y aún sigo aprendiendo del bambú.

bamboo

“Para obtener buenas cosechas se deben echar buenas semillas, abono y riego constante. Los agricultores de Bambú saben que para esta planta es necesario además de tener una gran dosis de paciencia. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no sucede nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, el cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú, crece más de ¡30 metros! ¿Tardó solo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años”

Apliquemos la historia del Bambú Japonés al desarrollo de nuestras vidas, en cada etapa y en todos los planos; desde nuestras relaciones interpersonales, en el trabajo, familia, hasta en una dieta para perder peso. Si alguna vez sentimos que nuestros esfuerzos son en vano porque no obtenemos resultados inmediatos; desarrollemos la paciencia y dejemos que el tiempo se encargue de hacer su trabajo. Recordemos que todo en la vida está en movimiento, nada esta estático. Todo tiene su proceso de maduración. Las cosas suceden cuando tienen que suceder, ni antes ni después.

Las plantas de bambú son muy bellas, el Feng Shui las ha puesto de moda como el bambú de la suerte. Asi es muy común verlas adornando los escritorios, casas o en souvenirs de bodas. Lo importante es tener en cuenta el número correcto de tallos de bambú, la cantidad de éstos depende de qué tipo de suerte quieres atraer a tu vida. Dos tallos de bambú representan una pareja; usa este número para tener suerte en el amor. Tres tallos de bambú atraen la felicidad, la riqueza y la longevidad. Seis tallos atraen la suerte y la prosperidad. Siete pueden proveer buena salud. El ocho es un número de mucha suerte en Feng Shui, y colocar esta cantidad de bambúes simboliza el crecimiento. Por otro lado, nueve tallos es un número de buena suerte general. El arreglo de 10 tallos representa completud y perfección. Asi que si tienes la oportunidad de tener alguna, te lo recomiendo porque son plantas con mucha energía.

bambu macetas

 Cuando pienso en el Bambú Japonés sé que debo dejar que las cosas fluyan, con amor, paciencia y perseverancia. Debo considerar que el tiempo de mi espera es a la vez el tiempo de la acción. Debemos tener esperanza y visualizar con fe aquello que realmente deseamos y decretarlo con mucha energía. Recuerda que el esfuerzo siempre arroja resultados; si lo deseamos con el corazón no importará cuanto tarde, créeme que llegará!!!

bambu jardin

Imágenes tomadas de Internet

Dulcinea
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