Cerrrando nuestros círculos
Siempre he pensado que la vida es un hermoso camino de felicidad y que el sufrimiento y los problemas son parte de nuestro crecimiento personal, parte de nuestro camino. Creo además, que la vida está dividida en etapas, como un videojuego en el que hay que ir pasando niveles o facetas para poder avanzar. Concibo mi vida como un gran camino que debo recorrer de manera personal, nadie lo puede hacer por mí; pero en el que además soy acompañada por grandes o pequeños tramos por familia, amigos, pareja, mascotas, etc.
Visualizo mi camino con curvas y bifurcaciones por eso por ejemplo, en mi época de estudiante tenía un grupo de amigos con los que aprendí y disfrute muchísimo; cuando empecé a trabajar me relacioné con otras personas, es como si hubiera tomado otro camino; y aunque sigo frecuentando a mis amigos de la facultad, ya no tenemos la misma cotidianidad. Creo que todas las personas con las que nos topamos a lo largo de nuestra vida, contribuyen a ser quien somos. De igual modo todo lo que nos toca vivir son experiencias que nos ayudan a crecer; pero debemos cerrar el círculo de cada experiencia, no dejar cabos sueltos.
Hace unos días tome un café bien conversado con una querida amiga, quien todavía sufre mucho porque su terminó con su novio dos años atrás. Ella asegura que los términos de la ruptura nunca fueron lo suficientemente claros, es como si ambos hubieran dejado la posibilidad de regresar algún día; y todavía se pregunta y se reclama por los motivos de la separación. Mi amiga y su ex todavía hablan algunas veces, aunque ninguno de los dos tiene intenciones de volver; siempre están pendientes de sus redes sociales. Hablamos entonces, de las etapas y de cerrar nuestros círculos para poder avanzar.
Todos, en algún momento de muestra vida, tenemos que cerrar círculos o ciclos, dar la vuelta a la página y continuar, ya sea porque de manera natural han llegado a su fin o debido a que no podemos continuar sosteniéndolos. Esto no sólo se aplica en una relación emocional sino también a otras áreas de nuestra existencia: renunciar o empezar un nuevo trabajo, mudarnos de casa, cambiar de ciudad o aceptar la muerte de un ser querido.
Cerrar un círculo consiste en romper deliberadamente con todo lo que lleve una relación con ese evento o persona con la que hemos decidido concluir, puede convertirse en un proceso difícil y doloroso porque lo primero que tenemos que enfrentar es el cambio. Sin embargo, parte del éxito de este proceso radica en aprender a separarnos sin dolor, es decir, debemos obtener el mayor provecho de esa experiencia y reconocer que dentro de todo lo negativo que pudiera haber sido algo, aportó a nuestras vidas. Incluye controlar nuestros miedos, culpas, ira, aislamiento, depresión, angustia, impotencia. Además de trabajar en nuestra vulnerabilidad y autoestima. Aprender a cerrar círculos conlleva a la necesidad de un cambio positivo en nuestras vidas.
Para poder emprender hay que terminar. Es importante cerrar nuestros círculos para dar por terminada una etapa de nuestra vida y tener un nuevo comienzo. Para poder lograrlo debemos aceptar todo aquello que no podamos cambiar. Debemos afrontar la situación, sin dejar pendientes, sin tratar de hallar justificaciones ni mentirnos a nosotros mismos. Es preciso encontrar la calma, canalizar nuestras emociones en paz y armonía, evitando violentarnos. Debemos trabajar en el perdón y la reconciliación con nosotros mismos, no juzgarnos ni sentir pena ni remordimientos. Pero sobre todo debemos tomar acción.
Los ciclos abiertos, se convierten en una fuerza que desgasta nuestra energía. Aunque miremos hacia adelante y caminemos con fuerza, siempre estarán llamándonos al pasado, esperando ser cerrados. Tenemos que cultivar la capacidad de «dejar ir», de poner nuestra atención en el presente porque no sirve de nada vivir en el pasado, es tiempo que ya se fue; ni angustiarnos por el futuro porque es incierto. Lo importante es vivir el hoy a plenitud.
Dejar atrás el pasado no es renunciar a él, sino hacerlo efectivo para tu crecimiento personal. Después de vivir una experiencia, habrá oportunidad de transformarla o de hacerla más intensa y duradera, sólo tienes que abrir tu mente y tu espacio al nuevo reto. La decisión depende de ti!!
Imágenes tomadas de Internet
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