Cuidar el cuerpo es nutrir el alma
A veces pasa que en un momento sagrado de lucidez, nos damos cuenta que nos pasamos un poco en las comidas y postres, nos deprimimos y nos agobia el remordimiento, pero no somos capaces de empezar el régimen ni las rutinas de ejercicios. A mí me pasa que me excuso conmigo, frecuentemente utilizo la frase “Tengo ansiedad” y seguido a ello voy por todo lo que me provoque.
Hoy mientras meditaba, me preguntaba por qué soy tan disciplinada en muchos aspectos de mi vida y no soy capaz de tomar en serio el cuidado de mi alimentación. Trabajo a diario en convertirme en mi mejor versión y en ese camino, debo enfocar mis esfuerzos en trascender el aspecto físico y asumir ese cuidado como parte de mi práctica espiritual
Deepak Chopra asegura que el cuerpo tiene una capacidad infinita para cambiar y renovarse. Lo importante es tener la disposición de reinventarnos, transformándolo de un objeto material a un proceso dinámico y fluido. Cada célula de nuestro cuerpo está compuesta de conciencia y energía. Por ello la transformación no se limita al cuerpo, también implica el alma.
Solo si somos capaces de involucrar nuestra alma, podremos tomar conciencia en cada aspecto de nuestra vida, como concentrarnos en fluir en nuestras relaciones, abrazar cada día como si fuera un mundo nuevo y trascender los obstáculos que afligen a nuestro cuerpo y mente.
Toda la comida tiene una vibración energética positiva o negativa. Los alimentos que más energía tienen son las futas y los vegetales. La comida orgánica vibra con una frecuencia mucho más alta que aquella que está procesada. Por ello, alimentarnos lo más natural posible nos ayudará a subir nuestra vibración. La energía de lo que consumimos también puede ser afectada por la persona que manipula los alimentos o por las situaciones que atravesó la comida antes de llegar a nuestra mesa. Por ello, se debe cocinar con amor, cariño y agradecimiento, de esta manera lo que ingiramos será beneficioso para nuestro cuerpo. Si ingerimos alimentos de baja vibración energética, podemos aumentarla bendiciéndolos y agradeciendo por ellos antes de comerlos.
Debemos ser conscientes que comer en exceso, mucha azúcar o comida chatarra nos afecta a nivel físico, mental y espiritual. Lo mejor que podemos hacer es hacernos más livian@s, meditando, reflexionando y tomando la decisión de ser coherentes en todos los espacios de nuestras vidas. A partir de ahora, he decidido dejar de enfocarme en el aspecto físico y concentrarme en concebir mi alimentación como una parte de mi práctica espiritual. Súmate a mi nuevo enfoque y conectemos junt@s nuestro cuerpo con nutrir nuestra alma.
Ilustraciones tomadas de Internet
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