El Poder de la Incertidumbre
Vivimos acostumbrados a pensar que tenemos todo bajo control, cuando algo sale de ese orden establecido por nosotros mismos, entramos en pánico, ansiedad e incertidumbre. Casi siempre, lo inesperado nos genera problemas, nos paraliza y desequilibra; nos saca de nuestra zona de confort y muchas veces nos envuelve en un estado de desasosiego.
Somos seres de costumbres, nos aferramos a lo que conocemos, a las rutinas, solemos hacer las mismas cosas y esperamos resultados calculados; aunque en ocasiones nos genere cierto aburrimiento, no estamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos para no salir de nuestra comodidad. Nuestra cotidianidad nos enfrenta constantemente a situaciones que nos generan gran incertidumbre como, cambios en nuestro ámbito laboral, el inicio o fin de una relación, mudarnos de casa, viajar, enfrentar una conversación complicada, una exposición o examen, emprender algún proyecto personal o tomar una decisión! Sentimos tanto agobio que nos bloqueamos, el miedo nos invade y necesitamos recuperar nuestra estabilidad, aunque para ello tengamos que recurrir a distintas salidas para reafirmarnos.
Aprovecharé este post para contarte algo muy personal; en otras publicaciones te he comentado que amo el Tarot, pero no como un tema de adivinación ni predicción del futuro; sino como una guía de autoconocimiento. Semanas atrás, me escribió una amiga un tanto agobiada porque había terminado su relación de 2 años y quería saber qué sucedería; en realidad creo que le urgía aplacar su ansiedad y su incertidumbre, necesitaba convencerse de que todo ese proceso doloroso pasaría pronto y quería que le haga alguna predicción. Le explique que el Tarot nos ayuda a analizar el presente, a proyectar y descubrir hacia dónde dirigimos nuestras vidas; esto involucra el trabajo personal para manifestar esa proyección o para cambiar el rumbo. Se trata de asumir la responsabilidad, no que tengamos el control de todo; sino de la manera en que vivimos nuestras experiencias tiene que ver con cómo reaccionamos ante ellas y la capacidad que tenemos de tomar decisiones que nos permitan capitalizar cada situación a nuestro favor, ya sea consiguiendo nuestros objetivos o aprendiendo lecciones que forjen nuestro carácter y nos ayuden a madurar. Creo que esta historia puede servir para darnos cuenta que en algunas situaciones nos sentimos tan atrapad@s en nuestros problemas, que se nos olvida que somos nuestro propio gurú. Nos sentimos tan confundid@s que buscamos respuestas fuera y no conectamos dentro.
Es inevitable sentir incertidumbre alguna vez, pero trabaja en alejar la inseguridad, piensa en tu resiliencia, si te caes te levantas otra vez. Esto no implica dejar que las cosas pasen en nuestra vida y vivir en constante resignación, todo lo contrario; nos exige ser flexibles y creativ@s, adaptarnos a lo nuevo, sin rechazar, sin criticar ni juzgar. La incertidumbre nos permite cambiar de dirección, si es necesario, en cualquier momento; encontrar nuevos caminos y virar el rumbo, cuando sea necesario.
Debemos eliminar nuestros pensamientos limitantes y concebir estas experiencias como una excelente oportunidad para un cambio positivo. Para quitarle poder a la incertidumbre debemos enfocar nuestros pensamientos, meditar y no anticiparnos a hechos que aun no han ocurrido. No sufrir por adelantado. Debemos concebir nuestros problemas como desafíos y nuevas posibilidades. Aprender a que es posible estar atent@ y relajad@ al mismo tiempo; reemplazar la incertidumbre por certidumbres, que no es mas que tener certezas, confiar en la sabiduría del tiempo y nuestros procesos de aprendizaje que nos conducirán al camino que debemos recorrer para llegar a donde queremos estar.
Ilustraciones tomadas de Internet
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