El secreto del éxito es el fracaso

Todos queremos ser felices, dedicamos todos nuestros esfuerzos a construir todo aquello que nos brinde felicidad y muchas veces estamos tan enfocad@s en ello, que nos agobiamos, sufrimos y nos frustramos cuando las cosas no resultan como las planeamos. Pasa que asociamos el término felicidad con el éxito, ¿pero te has preguntado qué determina que seamos exitos@s?

En realidad el éxito no es sinónimo de felicidad; porque la felicidad tiene que ver con el bienestar emocional, mientras que el éxito es un concepto bastante subjetivo orientado al poder, la ostentación y la pretensión. Esto no quiere decir que el éxito sea negativo; lo importante es redefinir nuestra concepción de éxito alineado con nuestro corazón.

Existen muchas ideas sobre alcanzar el éxito; una de ellas tiene que ver con no tener preocupaciones, que todo funcione según lo hemos planeado, que nuestra economía nos permita tener lo que deseamos, que nos feliciten por lo que hacemos, que seamos populares, que nos vaya bien en la escuela, que tengamos muchos títulos académicos, un súper trabajo acompañado de un sueldo que nos permita viajar y comprarnos de todo, que todos elogien nuestra belleza física, etc.

Pero en realidad, para tener éxito no solo debemos ostentar y desear; debemos concebirlo desde nuestra alma, enfocad@s y comprometid@s con aquello que nos hemos propuesto. El punto de partida es  identificar nuestras fortalezas y desafíos; además de tener docilidad para reconocer nuestros errores. Porque aunque suene extraño, el secreto del verdadero éxito es el fracaso; solo si somos capaces de aprender de nuestros errores podemos empezar a construir.

El fracaso tiene un estigma negativo, porque se piensa que es el antónimo de éxito; pero en realidad el fracaso es parte de la vida diaria,  es una fabulosa oportunidad de asumir que somos seres imperfectos y que ahí radica nuestra perfección.

Fracasar no nos convierte en perdedores, es parte del ensayo y error. De aprender de nuestra experiencia, de inspirarnos a superarnos a obrar mejor la próxima vez. Además de comprender que ese fracaso es un evento momentáneo y que no nos define en absoluto, solo es un paso importante para lograr el éxito.

Ilustraciones tomadas de Internet
Dulcinea
Sígueme
Últimas entradas de Dulcinea (ver todo)