El yoga y la gratitud

El yoga nos enseña a ser agradecid@s  y valorar el momento presente, no solo por la promesa de una recompensa futura. También nos permite apreciar el espectro completo de la vida, desde el placer hasta el dolor y desde la alegría hasta la tristeza. A través de la práctica del yoga, he aprendido que los momentos más oscuros permiten que los momentos más claros brillen cada vez más. Los baches en el camino son la forma en que el Universo nos enseña algo sobre nosotros. ¿Nos estamos moviendo demasiado rápido, sin disfrutar a plenitud de todo lo que acontece en nuestra vida? ¿Estamos ansiosos, impacientes y olvidamos apreciar lo que tenemos? ¿Están nuestros egos sacando lo mejor de nosotros? ¿Estamos mostrando aprecio genuino por todos y todo lo que tenemos en nuestras vidas?

En yoga, practicamos una respiración de fuego y hablamos de quemar cosas que ya no nos sirven. Sé que hay muchos lugares en mi vida donde puedo abrazar los dolores de crecimiento con gratitud. Aquí te dejo tres lecciones valiosas que mi práctica de yoga me ha ayudado a comprender respecto a la verdadera abundancia en la vida.

1) Practica el mantra “Gracias. Gracias.»

En tu meditación o práctica de yoga, con cada inhalación, di en silencio “Gracias”. Con cada exhalación, “Gracias”. Pensar en silencio en todo por lo que estoy agradecido mientras inhalo y exhalo profundamente en todas y cada una de las posturas de la clase me permite disfrutar a plenitud. La gratitud me mantiene paciente, esperanzada, confidente. Feliz. Ya sea que las circunstancias parezcan afortunadas o desafortunadas, tengo un fuerte sentido de gratitud por el momento presente y valoro que puedo apreciar todo lo que ocurre en mi vida. Esto no significa que no me preocupe o no sufra, solo significa que en mi corazón hay gratitud por mi vida.

2) Tómate un momento ahora mismo para contemplar la belleza justo frente a ti. Respira hondo, empápate de todo.

Toma un momento para reducir la velocidad y ser completamente consciente de dónde te encuentras ahora. Si estás estresad@, infeliz, herid@, cambia tu perspectiva. Es cierto que cuando se siente cuesta arriba, no es fácil sonreír; pero quedarse atrapado en un agujero triste no te beneficia y tampoco beneficia al mundo. ¿De qué estas agradecid@? Reconoce la riqueza en la tierra y la luz en el fuego. Enfócate en los regalos de la vida.

3) Muestra tu gratitud siendo amable contigo y con todos los demás en tus pensamientos, palabras y acciones.

Sé útil, no acumules, devuelve. Sé auténtic@, comparte tus dones con el mundo. Sé TÚ. Esto es gratitud. Tienes dones que nadie más tiene. Bendice al mundo con tu energía. Aprecia lo que tienes. Date cuenta ahora, antes perderlo, porque nada es para siempre. Disfruta de la vida y aprecia cada momento del presente, lo dulce y lo amargo, Valora a las personas en tu vida. ¡Agradece desde tu alma, a tu familia, amigos, comida, tu cuerpo, salud, energía, libertad, trabajo, viajes, amor… agradécete a ti!

Dulcinea
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