Empodérate en Compañía

 

Siempre he sentido que soy capaz de llevar a cabo todo lo que me propongo; me gusta mucho sentirme empoderada para vencer todas las vicisitudes que se me presenten y cumplir con compromiso y dedicación todos mis proyectos. Pero en ese camino, sin darme cuenta, había adoptado como mi mantra la frase “yo puedo sola”; acompañada de un halo de autosuficiencia e independencia y mucha soberbia.

Quiero compartirte una experiencia personal, porque tal vez puedas identificar algo de aquí, en ti. Algunos meses atrás desarrollé un emprendimiento muy importante, lo había gestado y planificado durante mucho tiempo. En ese proceso me encontré con algunas barreras;  pasaba muchas horas tratando de interpretar asuntos de gestión y trámites administrativos, me sentía muy frustrada porque no lograba entender los procedimientos… cuando derrotada lo comentaba con mi novio, él que es de números me daba la respuesta en pocos minutos. Pero yo, en lugar de sentirme aliviada y feliz, me enojaba y sentía mucha frustración. ..Ahora lo pienso y me pregunto, ¿cuál era realmente la razón de mi frustración; no entender acerca de trámites administrativos o haber tenido que pedir ayuda y sentir que no era totalmente independiente?

Lo que sucedía era que me estaba limitando, porque pensaba que pedir ayuda atentaba contra mi planificación y mi independencia… nada más alejado de la realidad porque no vivimos sol@s en el mundo; siempre necesitamos a alguien para que nos ayude con aquello que no sabemos, pero también para amar, compartir y evolucionar.

Emprendedor(a) es toda persona que vive su vida creativamente, que se reinventa, que persigue sus sueños,  es un camino espiritual que enfrenta grandes desafíos para evolucionar. Para mí, emprender ha significado poner en práctica mi disciplina, ser creativa y confiar en que todo lo que viene a mi mente es parte de mi corazón; he aprendido que cuando hay situaciones que se sienten cuesta arriba, debo confiar en la sabiduría del tiempo y actuar pacientemente.

Pero lo más valioso es que me he desecho de esa impronta de superhéroe, de pensar que puedo sola con todo, a aceptar que pedir ayuda no me hace vulnerable, sino más valiente. Cambie el chip y partí por compartir mis ideas creativas con mi pareja, aunque él es de números y yo de letras; siento que su perspectiva me ayuda a expandir mi mirada, a  generar nuevos criterios, a inspirarme y motivarme.

Pide ayuda siempre que puedas, emociónate compartiendo tus ideas y nútrete de las opiniones de los demás. Pide asistencia a tus ángeles y confía en que tu poder personal es más fabuloso en compañía.

Si hay algo que necesitas en este momento, pídelo con confianza, con sinceridad, y con certeza de que recibirás la respuesta que necesitas. Puedes pedir esta ayuda tanto a tus ángeles, como a personas que están disponibles para ello y que quieren lo mejor para ti. No tienes que edificar todo sol@. Aprender a pedir ayuda es parte de conectar con la energía de protección y abundancia.

Ilustraciones tomadas de Internet

 

Dulcinea
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