Equilibrio Espiritual en los Negocios
Uno de los aprendizajes más potentes de la pandemia ha sido desarrollar nuestra capacidad de reinventarnos. Muchas personas se han decidido a dar el gran salto a emprender, potenciando nuevas formas de ser y trabajar; para crear más equilibrio en nuestras vidas, empresas, corporaciones, comunidades, países y mundo.
En esta nueva realidad es necesario desarrollar nuestra imaginación, intuición, sensibilidad, empatía, compasión, el corazón abierto, flexibilidad, receptividad, aceptación, autocuidado y el no juzgar. Esto no significa abandonar la perspectiva comercial más tradicional de visión, determinación, claridad, enfoque, conocimiento, aventura, fuerza, coraje, integridad, persistencia, resistencia, liderazgo o inspiración; sino que creamos un equilibrio entre los dos y operamos desde un nivel superior. A medida que ponemos en práctica estas cualidades en nuestras propias vidas y nuestros emprendimientos; estamos plantando las semillas de la conciencia.
Para marcar la diferencia y ayudar a las empresas a liberarse del miedo que conduce a la dominación y las luchas de poder; debemos partir por cambiar en nuestro interior y los resultados se evidencian no solo en nuestro entorno sino que también crea una plantilla viva para que otros la sigan.
Más allá de las circunstancias y vicisitudes, el punto de partida reside en nuestro poder personal que nos permite conectarnos y vivir desde las verdades de nuestro corazón, nuestros valores genuinos y nuestra gentileza. Alejándonos del juicio y la crítica, con el enfoque de crear, apoyar y mantener una nueva cultura con valores más sabios. Vivir y actuar de esta manera, nos conduce a una mayor creatividad para la resolución de problemas y una contribución positiva en lugar de medidas defensivas. Este énfasis está en el empoderamiento personal, las relaciones saludables, la comunicación clara y la inspiración. No nos dejemos influenciar por viejos paradigmas de construcción social que nos enfrenta en competencias y discusiones estériles. No comprometamos nuestros valores, nuestras creencias o nuestra compasión para salir adelante.
Recordemos que todo lo que desencadena una respuesta emocional nos muestra algo sobre nosotr@s. Hagamos un ejercicio de introspección y lidiemos con aquello que no vibra con nosotr@s; solo entonces la realidad externa reflejará nuestro equilibrio interno y ecuanimidad. Esto es vivir en unidad y coherencia; solo así crearemos el cambio que buscamos en la realidad externa.
Ilustraciones tomadas de Internet
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