Gestionando nuestros «Deberías»

Te has preguntado ¿cuántos “deberías” hay en tu vida?… “Debería comer más verduras”, “debería tomar más agua”, “debería enfadarme menos”, “debería bajar de peso”, “debería hacer deporte”, “debería ahorrar”, “debería ser más dócil”, “debería amar a los demás”, “debería ser feliz”, “debería aprovechar el tiempo”, etc. Es tanta la presión que muchas personas se agobian y sufren.

Los “debería” son parte de nuestra vida, y aunque muchas veces nos ayudan a ordenarnos y son nuestro norte, se pueden volver tiranos cuando se transforman en exigencias que sentimos como obligaciones, como órdenes que exigen perfección. Cuando los “debería” son rígidos, indoblegables y carentes de compasión, no son una guía sino una autoexigencia despiadada e implacable. Si además son reforzados por la presión social, se vuelven aún más intolerables; nos hacen perder el control de nuestras decisiones, coartando la libertad para sentir y decidir ser auténtic@s.

¿Cómo podemos liberarnos o convivir de manera armoniosa con los «debería»?

1- Tratemos de identificar los “debería” de nuestra vida. Analicemos que tan rígidos o flexibles son y cómo es nuestra relación con ellos; nos agobian, presionan o nos sirven para no procrastinar.

2- Apreciémonos; y aquí hay varios puntos importantes, como ser compasivos, respetarnos y reconocer lo maravillos@s que somos. Este paso nos llevará a analizar que algunos de nuestros “debería” carecen de sentido, por ejemplo “debería ser feliz” o “debería no enojarme”, porque hay muchos momentos de felicidad en nuestra vida y al mismo tiempo enfadarse de vez en cuando, es absolutamente natural; estas emociones son parte de nosotros y debemos canalizarlas y abrazarlas. Esto nos regalará una nueva perspectiva y nos liberará de tanta presión. Es importante alejarnos del juicio, la crítica y la desconexión emocional.

Tenemos una gran responsabilidad para vivir nuestras vidas a plenitud, tratemos de ser consecuentes y liberarnos de la tiranía de la autoexigencia. Cuando los “debería” se transforman en mandatos y sentimos culpa, todo deja de tener sentido porque ha perdido el alma y se ha transformado una exigencia de la mente desconectada de nuestro corazón. Es importante reflexionar en esto porque es necesario gestionar nuestros «debería» con autoridad, comandando el timón de nuestra vida.

Ilustraciones tomadas de Internet
Dulcinea
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