Indulgencia

Hay algunas palabras que cuando se miran desde una perspectiva diferente, tienen un significado completamente nuevo. Esta simple habilidad de presentar una palabra para que veamos las cosas de manera diferente es solo el comienzo de cómo podemos cambiar nuestra percepción del mundo que nos rodea.

Una de esas palabras es ‘enfermedad’. El diccionario la define como “alteración leve o grave del funcionamiento normal de un organismo o de alguna de sus partes debida a una causa interna o externa”. Supongo que este es el concepto que las personas tienen cuando evocan el concepto. Pero ¿qué sucede cuando ves ‘enfermedad’ como ‘enfermedad’?  tal vez sea una situación inquietante. Algunos expertos y científicos sugieren que todas las ‘enfermedades’ son de la mente. Sana la mente y el cuerpo también sanará. Esto puede explicar las historias extraordinarias que escuchamos sobre personas que se curan milagrosamente de ‘enfermedades’ que se cree que son terminales.

¿Y qué hay de la palabra perdón? Pienso que esta palabra contiene innumerables oportunidades para la paz interior, la alegría y el amor en nuestras vidas. Desde una perspectiva espiritual, el perdón es esencial para el crecimiento espiritual y abre una puerta, es una llave, a niveles más altos de conciencia.

Hace unos días estaba desayunando con un amigo y hablábamos acerca del perdón o el perdonar a las personas. Mi amigo me comentó que no le gustaba la palabra perdón porque consideraba que se había banalizado, además que sentía que estaba cargada de dogma cristiano. Aunque yo considero que el perdón es uno de los grandes regalos que el cristianismo ha ofrecido a la humanidad.

Continuamos hablando sobre el perdón y el ‘perdonar’ y me compartió su preocupación de que el concepto de perdón asumía que habías hecho algo mal para empezar y que quería pasar todo ese dogma a algo más creativo y orientado a la sanación. Algunos cursos de milagros enseñan que el perdón es darse cuenta de que lo que pensabas que sucedió en el pasado, en realidad nunca sucedió. Por lo tanto, lo que pensabas que necesitaba perdón nunca lo necesitó.

Mi amigo me compartió su visión del perdonar y fue muy inspirador.  Sí, estamos aquí en este gran viaje llamado vida para ‘perdonar’. Pero, ¿qué pasaría si todos se enfocaran en estar aquí en este tiempo de ‘perdón’? Si realmente encarnamos y abrazamos el ‘perdonar’, nunca tendríamos que preocuparnos por el ‘perdón’. Debido a que estaríamos programados para ‘perdonar’, crearíamos y manifestaríamos las condiciones que estarían desprovistas de cualquier acción que requiera ‘perdonar’.

Las palabras son solo palabras. Pero a veces, cuando vemos las cosas de manera diferente, conectamos una perspectiva completamente nueva de la vida. Y a veces las palabras son parte de esa nueva percepción y perspectiva. Concentrémonos y manifestemos el deseo más puro de nuestro corazón: alegría, paz interior y amor.

Dulcinea
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