La desesperación y el arte de la percepción

El sufrimiento es parte integral de la experiencia humana; pero también lo es su trascendencia. El sufrimiento es parte de las herramientas de aprendizaje, algo que nos impulsa hacia estados superiores de conciencia. Por supuesto, este estado de percepción es difícil de mantener cuando uno está atrapado en las garras de la desesperación. Sin embargo, si esta capacidad innata de percibir el sufrimiento como un mero desafío existencial pudiera ser continuamente cultivada, alimentada y fomentada interiormente; seguramente accederíamos a lo que somos en lo más profundo de nuestro ser.

Este es el arte de la percepción: la alineación de la mente despierta de uno con las intuiciones subyacentes de la conciencia. Es decir, la fusión de lo personal y lo impersonal, el sujeto y el objeto, el perceptor y lo percibido.

El grado en que uno sufre es directamente correlativo a la medida en que uno puede experimentar su opuesto; alegría, amor, compasión, plenitud, etc. A esto se refiere cuando hablamos del “Espectro de la Desesperación”. Cuanto mayor sea el grado en que nos sentimos desesperados, mayor será la apertura para el despertar espiritual que surge. Esto no quiere decir que uno deba buscar el dolor para experimentar la alegría, sino que queremos transmitir que hay una especie de acto de equilibrio en la experiencia humana a este respecto. Si dejamos de resistirnos a este acto de equilibrio, invariablemente daremos paso a la manifestación de nuestro yo más verdadero y auténtico. Si pudiéramos dejar de oponernos a nuestros respectivos estados de dolor, entonces descubriríamos nuestro poder humano innato; caracterizándose este poder por una cierta cualidad de adaptabilidad y la incesante inducción del amor. Este es un componente fundamental del arte de la percepción. Ver el dolor como un acelerador del crecimiento personal es dominar la experiencia humana. Llano y simple.

La calidad de la percepción de uno solo puede realmente evaluarse ampliamente en el contexto de la desesperación, o más bien en el contexto de cómo uno responde a la desesperación. Sin este contexto vital, entonces la calidad de la percepción de uno no es más que la calidad de las condiciones de vida de uno. Esto está bien y elegante hasta el punto en que una o más de las condiciones se disuelven, cambian o transmutan. Lo cual ocurrirá inexorablemente siendo que todas las condiciones externas están limitadas por la forma. Las formas se disipan. Las condiciones cambian y, por lo tanto, un elemento crucial del arte de la percepción es trascender las condiciones particulares que parecen abarcar la vida de uno.

La acogida y la encarnación de la desesperación es un aspecto esencial de esta trascendencia, porque cuando se abre paso al otro lado del dolor, llegamos a ver con absoluta lucidez la naturaleza transitoria de todas las cosas. Estar de acuerdo con este sentido de transitoriedad es estar libre de todas las formas aparentemente inhibitorias de la propia vida; porque aquí se ve por completo su verdadera naturaleza.

El cultivo de la percepción coincide directamente con la superación de la mente atada a la forma y seguramente ambos movimientos se basan en el Espectro de la Desesperación. La calidad de nuestra conciencia corresponde con mayor precisión a la medida en que estamos o no estamos identificados con el mundo de la forma. Si nos definimos por las condiciones que nos rodean, entonces faltará el calibre de nuestra percepción. Si estamos sincronizad@s con nuestra naturaleza más profunda y vemos más allá de las formas particulares que parecen llenar nuestras vidas, entonces el movimiento de nuestra conciencia será potente, poderoso y lleno de posibilidades.

Si estás atravesando alguna situación complicada que te causa dolor mientras lees esto ahora, no luches contra él, no te resistas. Deja que te lleve a donde tiene que llevarte. Deja que te empuje a estados superiores de percepción. Deja que te lleve a tu naturaleza más verdadera y a tu yo más auténtico. Confía en ello. Confía en que hay un camino para ti y simplemente permítete recorrerlo.

Más allá́ de juicios, de dudas, de culpas y miedos, hay una parte de ti que es capaz de reconocer la belleza de tu alma, y maravillarse al contemplarla. Deja de lado el ego y la necesidad de aprobación, actúa desde la consciencia de tu existencia.⁠⠀Llegar a esta toma de consciencia, en la cual eres capaz de percibir la luz de tu alma, de quien realmente eres, es una gran oportunidad de sanación. Permite que las circunstancias que estás viviendo hoy te muestren facetas de ti no exploradas, y que la visión que tienes de ti puede ser mucho más expansiva, creativa y dinámica que lo que habías creído hasta hoy.

Dulcinea
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