La magia de ver todo como sagrado

Cada día al despertar iniciamos con nuestras rutinas, much@s de nosotr@s lo hacemos en piloto automático, revisamos nuestros teléfonos, respondemos chats, trabajamos, nos ocupamos de nuestras obligaciones diarias; y nos olvidamos de disfrutar. En los días buenos, las cosas van bastante bien; pero en los días malos, la frustración y el estrés nos invaden.

Es necesario cambiar la manera de percibir nuestra cotidianidad; podemos probar con apreciar todo lo que nos rodea como “sagrado”. Me refiero a valorar el milagro de la existencia y cada momento. Mirar hacia afuera: los árboles, las flores y los pájaros que podemos ver están llenos de divinidad; también el viento, las estrellas, la luz del sol, la capacidad de ver colores y tener una conversación y conexión con un ser humano.

La vida mundana es la circunferencia. Tiene que ser disfrutada con una profundidad tal que empieces a encontrar en ella lo sagrado, lo divino. Lo divino no es más que la profundidad de sumergirte en este momento, en este mundo, en esta vida, en este cuerpo.

Osho, Light on the Path, charla #31

Si apreciamos algo como sagrado, ya no se convierte en algo que damos por sentado. Valoramos plenamente la belleza de ese objeto o ser sagrado.

Si vemos a otra persona como sagrada, entonces la tratamos con respeto y amor, miramos profundamente la belleza de su alma y su corazón, y sentimos agradecimiento por nuestra conexión con ella.

Si consideramos que nuestras posesiones son sagradas, no las descuidaremos; las guardaremos con dedicación.

Si vemos nuestro trabajo como sagrado, ya no sentiremos que es una carga, sino un regalo. Lo haremos con amor, en lugar de simplemente intentar cumplir.

Si nos vemos a nosotr@s mism@s como sagrad@s, de repente empezaremos a ver la bondad en nuestro interior. Nos trataremos mejor, nos alimentaremos con comida saludable.

Si vemos el mundo que nos rodea como sagrado, nos sorprenderemos de lo hermoso que es, lo apreciaremos plenamente.

Miremos todo lo que nos rodea con asombro y aprecio; con respeto y cuidado. Tratemos a los demás como si se estuviéramos conectando con lo divino. Y tratémonos como una manifestación del universo, que nos ha regalado la consciencia de nuestro propio carácter sagrado. Esa es la verdadera magia y siempre está disponible.

Dulcinea
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