La Mejor Versión de Mí

autoest

Hoy tuve un momento “Olé”, esos que defino como instantes en los que me sorprende encontrar una respuesta de manera mágica, creo que son momentos fabulosos en que los ángeles me envían ese mensaje que necesitaba para tomar acción. Días atrás se me ocurrió escribir acerca de la autoestima, pero estaba posponiendo el tema y mis ángeles se encargaron de decirme “Dulci, es ahora!!”.

Esta tarde en el baño de un restaurante me encontré la motivación que había estado esperando: Frente al espejo se arreglaba una mujer muy joven, era la anfitriona del lugar; vestía una falda muy corta y se veía preciosa. Del otro lado del lavabo, estaba una mujer de unos 45 o 50 años que la observaba sonriente y le dijo; “se te ve muy bien!” La anfitriona le agradeció con una sonrisa tímida. La mujer continuó, “la falda te queda divina; ya hubiera querido usar esa falda pequeña cuando era joven. Nunca pude usar una porque siempre he tenido las piernas muy gordas… Así soy yo, es un sello familiar y he aprendido a vivir con mis piernas, con el tiempo me han gustado y a mi marido le encantan. Aunque nunca pude usar faldas pequeñas; mis hijos dicen que los pantalones me van muy bien”.

Me encantó escuchar esa conversación porque sentí que era un mensaje de mis ángeles que me decían “Dulci escribe esta noche sin excusas”; así que aquí estoy!. Muy inspirada por esta lección express de autoceptación y autoestima.

amor propio

La autoestima es el amor hacia nosotros, de mí para mí. Es aceptarnos tal como somos, valorarnos y amarnos con virtudes y defectos. Las personas que se aman y aceptan; se sienten capaces y aceptan los retos tienen una autoestima alta; por el contrario los que tienen una autoestima baja suelen autolimitarse y fracasar.

Pero la autoestima no es un concepto que se forme de la noche a la mañana; es un proceso que se desarrolla a lo largo de nuestras vidas. Cada experiencia vivida y asimilada en cada etapa, contribuye con nuestra reafirmación. Como la mujer del baño que aprendió a aceptar y a gustar de sus piernas, aunque crea que no le quedan bien las faldas pequeñas; reconoce que los pantalones le van muy bien. Todo esto se trata de sentir amor un@ mism@. Si nosotros no nos convertimos en nuestro propio fan; será más difícil que otros nos aprecien.

Si durante la infancia desarrollamos una autoestima sólida, será relativamente fácil superar las crisis y alcanzar la madurez. Las personas con baja autoestima tienen una visión muy distorsionada de lo que son realmente; son exigentes consigo mism@s, tienen pensamientos negativos, sentimiento de culpa, cargan con resentimientos, creen que el mundo gira a su alrededor, suponen y asumen, piensan por los demás, se victimizan.

abrazate

Si sentimos que nuestra autoestima no es sólida, podemos trabajar para sanar y mejorarla. Existen algunas formas y aquí te comparto las mías:
Actitud positiva; aunque algunas veces yo también vivo situaciones adversas; no permito que me controlen pensamientos limitantes, me empodero y trabajo para enfrentar todas las situaciones que se presenten en mi vida. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo!!.

Soy resiliente; aunque como todos también he vivido experiencias negativas, trato de no deprimirme ni victimizarme. Acepto que solo soy un ser humano y parte de mi camino de felicidad es transitar por caminos sinuosos que me llevaran al siguiente nivel. Es válido que me equivoque y fundamental que aprenda de mis errores.

Me celebro; a mí me encanta reconocerme y felicitarme por cada cosa que hago; cada paso es un gran logro. Es parte de mi estrategia para incentivarme cada día a ser mejor. Confío en mí, sigo mi intuición.

No me comparo, cada ser humano es único e irrepetible. No venimos en serie, así que las comparaciones siempre son inútiles y odiosas. Todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades y defectos. Me enfoco en mis fortalezas y en mis cualidades. Y trabajo para ser cada día mejor.

Me amo; no podemos ser capaces de entregar amor si no nos amamos. Parte de ese amor es no criticarnos, ni castigarnos. Confío y creo en mí, soy consecuente conmigo, cumplo las promesas que me hago. Respeto mis tiempos y trabajo para desarrollar mis talentos y alcanzar mis metas.

Aquí te propongo un ejercicio: piensa cómo tratas a los demás, a tus compañeros de trabajo, a tus amigos, a tu pareja, a tu familia; ahora piensa como te tratas a ti mism@… Proponte tratarte mejor que a ellos. Dedícate palabras de amor, cuídate, como lo hacía mamá cuando eras niñ@. Vigila tu alimentación, descansa lo suficiente, haz ejercicio, cuida tu cuerpo. Respeta tus espacios, tus ritmos y tus límites emocionales.

Me acepto, me amo, soy incondicional. Abrazo mis espacios de luz y también los de sombra. No intento ser de otra manera, sino la mejor versión de mí. Amo mi cuerpo, aunque hay partes que no me gustan, las amo porque es mi templo sagrado. Me esfuerzo cada día por ser más amorosa y compasiva, conmigo y con los demás. Fluyo con el amor que hay dentro de mi y con todo lo que me rodea.

Me comprometo conmigo, creo que este es el punto de partida. No se trata de ser inflexibles y tratarnos mal con críticas y reproches, pero tampoco nos ayuda ser autoindulgentes. Cuando nos exigimos con disciplina y determinación para cambiar, para sanar, para crecer, para construir nuestros sueños, estamos haciendo algo grande por nosotras, lo que alimenta el amor que nos damos.

autoaceptación

Debemos trabajar día a día en fortalecer nuestra autoestima; solo así seremos capaces de amarnos y tener la capacidad de amar a otros.  Para sanar la autoestima lo primero que debemos hacer es analizar cómo te tratas, piénsalo con detenimiento; si hallas que eres muy dur@ contigo, recordando cosas que te lastiman; trabaja en erradicar eso que hiere tu autoestima. Esforcémonos en tener actitud positiva para enfrentar y vencer todas las adversidades que se nos presenten. Debemos motivarnos para sanar nuestra autoestima y transformarnos en nuestra mejor versión.

Ilustraciones tomadas de Internet
Dulcinea
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