La Metamorfosis de la Vida

El propósito de cada vida es evidente en todas las facetas de nuestras decisiones. Cada día debemos hacer frente a las consecuencias de nuestras decisiones, y algunas veces resulta un ejercicio muy doloroso. Lo importante es interiorizar que, en la más profunda oscuridad, tu ser emanará una poderosa luz.  

Nada sucede por error. Debemos aprender a dejar de poner énfasis en el tiempo y en la forma en que se supone que deben desarrollarse las cosas. Tratar de descubrir “el propósito” no es nada fácil y no encontraremos respuestas en libros o documentales. Creo que aquellos que están caminando por un camino espiritual están en una batalla constante tratando de evitar la depresión, el caos y el desorden porque el mundo está completamente despierto bajo una luz diferente. Se empieza a producir un cierto grado de metamorfosis y querer acelerar el proceso es doloroso.

Sumergirse en el océano de lo desconocido da miedo. Provoca ansiedad, depresión y, sobre todo, una sensación de no pertenencia. Pero es en esos momentos oscuros que la luz resplandece desde nuestro Ser. Yo creo que es cuando estamos en esos momentos de desesperación que algo se aclara en nosotros. No podemos hacer nada más que rendirnos porque estamos agotados de luchar contra el monstruo invisible del control. Hay momentos que necesitamos saber y planificar y programar. Pero también es importante ser flexibles al cambio constante.

El propósito en la vida es viajar a través de lo desconocido de la experiencia. Podemos leer todos los libros del mundo, escuchar a todos los maestros sabios y tratar de emular la vida de los demás, pero nuestro llamado es solo nuestro. Si hay dolor en tu corazón, sigue ese dolor a donde sea que te lleve. Trázalo una y otra vez, pero no lo evites. La mayoría de las veces, es señal de un cambio en tu vida. Puede ser el evento de tu metamorfosis cuando todo se alinea correctamente y te sientes agradecido con Dios por la guía. Posiblemente puede ser el trampolín hacia el propósito de su vida. Si todo fuera perfecto no estarías sufriendo y no habría aprendizaje. Creo firmemente que cuanto más abiertos estamos a nuestro dolor, más abiertos nos volvemos a nuestra realidad, y es entonces cuando el poder del propósito se vuelve aparente. Es entonces cuando nuestro propósito se cumple conscientemente.

Dulcinea
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