La Otra Cara del Conflicto
“El problema no es que haya problemas; el problema es esperar otra cosa y pensar que tener problemas es un problema”. (Theodore Rubin)
Todos pasamos por situaciones conflictivas en nuestras vidas. Muchas veces sentimos que los problemas vienen uno tras otro, como una serie de olas que nos dan tiempo a levantar cabeza para respirar y nos sentimos agobid@s, en crisis!!!. Defino las crisis como un estado de desconexión de nuestra alma, cuando dejamos de escucharnos, cuando no tomamos decisiones de manera consciente
Cuando eso me sucede, enfoco mis meditaciones en una oración muy poderosa de Santa Teresa, la traigo a mi mente como uno de mis mantras favoritos: “Nada turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta”.
Pienso que los conflictos son parte de nuestro crecimiento espiritual, nos ayudan a identificar las partes de nosotros que requieren un cambio, una transformación y expansión de nuestra consciencia. Los cambios son oportunidades para crear algo nuevo, para reinventarnos, renovarnos; superar y pasado y plantearnos nuevas metas.
Cada uno de nosotros debe vivir a plenitud nuestro propio proceso, para ello es necesario identificar nuestros espacios de luz y sombra; priorizarnos, enfrentar y cambiar lo que vinimos a cambiar. Si no existieran los problemas o conflictos, nuestra vida sería como agua estancada y lo que necesitamos es que hayan muchas corrientes para que el agua fluya y nosotros también, es a lo que llamo nuestra transformación personal. Todo depende de ti!!
Pero, ¿cómo gestionar y enfrentar los conflictos o problemas?
Primero debemos tener buena actitud, no deprimirnos, ni victimizarnos. Tomar el compromiso y voluntad de querer trascender a los problemas. Nuestra actitud es el motor que nos ayudará a salir adelante.
También es fundamental ser resilentes y buscar la reconciliación con todas las disonancias que tenemos en nuestras vidas, esto se refiere a nuestros pensamientos, sentimientos, recuerdos y emociones. Apartar de nosotros los pensamientos limitantes, nuestros resentimientos, prejuicios, egoísmos, resentimientos.
La gestión del conflicto involucra el perdón, que nos conecta con nosotros y con los demás. Para hacerlo hace falta voluntad, comprensión también debemos elegir que nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos
Finalmente debemos enfocar nuestros esfuerzos en cambiar nuestra visión del conflicto, veamos la otra cara, que es una gran oportunidad de crecimiento espiritual. Conscientemente, elijamos aprender la lección, apartando todo aquello que nos limita e impiden nuestra transformación. Comuniquémonos con nuestro ser superior y sigamos nuestra intuición. Sigamos adelante y pidamos la guía de nuestros ángeles, que siempre están con nosotros.
Ilustraciones tomadas de Internet
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