La Paradoja del Terror
A lo largo de la historia, uno de los géneros cinematográficos atrayentes a temáticas relacionadas con el miedo, la angustia, el terror y las exploraciones psicológicas son clasificadas en el género de thriller; estos tienen sus inicios desde las mismas expresiones artísticas del hombre como los mitos y leyendas que poco a poco fueron ahondando en las exploraciones del séptimo arte.
Pero ¿por qué nos gustan estas situaciones de terror? Hay un componente de curiosidad y fascinación. Stephen King (1981) menciona que las películas de horror sirven muchas veces como un termómetro en la sociedad, puesto que muestra los deseos más oscuros y preocupaciones; crean estas historias escalofriantes para poder lidiar con las reales, donde usan estos géneros como purgantes de estos sentimientos negativos.
Diversos estudios han explorado las reacciones emocionales y fisiológicas que experimentamos cuando nos asustamos. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Tübingen en Alemania realizaron un estudio que mostró que las películas de terror pueden aumentar la liberación de la hormona del estrés, el cortisol, lo que refuerza la idea de que nos sumergimos en estas películas para una experiencia emocional intensa.
El atractivo de las películas de terror se relaciona con sensaciones como adrenalina y emoción; cuando estamos asustados, nuestro cuerpo libera adrenalina, lo que aumenta la frecuencia cardíaca y nos hace sentir alerta. Esta oleada de emoción puede ser adictiva y nos hace sentir vivos. También tiene que ver con el placer de la sorpresa, lo impredecible. La catarsis emocional; según la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, las películas de terror permiten liberar la ansiedad y el miedo reprimidos de manera segura y controlada. Al enfrentar nuestros miedos en un entorno ficticio, podemos experimentar una sensación de alivio y catarsis.
Pero el género del horror no es exclusivo del cine; también ha tenido un impacto significativo en la literatura. Clásicos como «Frankenstein» de Mary Shelley y «Drácula» de Bram Stoker han dejado huella en la literatura. Estas obras exploran temas profundos y oscuros que resuenan en nuestra psicología, lo que demuestra que el horror puede ser una forma poderosa de explorar el lado más oscuro de la humanidad.
Aunque nos atraen las películas de terror, también experimentamos miedo y ansiedad mientras las vemos. Esta paradoja es parte de lo que hace que este género sea tan intrigante. Nos sentimos vivos al enfrentar nuestros miedos en un entorno seguro y controlado, y a menudo salimos de la experiencia con una sensación de alivio y satisfacción.
Las películas de terror despiertan emociones intensas y, paradójicamente, nos brindan un sentido de catarsis y alivio. La ciencia y la literatura han demostrado que el horror tiene un atractivo profundo y duradero en nuestra psicología y cultura. Así que, la próxima vez que te encuentres al borde del asiento durante una película de terror, recuerda que estás experimentando una gama de emociones complejas que hacen que esta experiencia sea tan inolvidable. ¡Que comience el susto!
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