Hoy mientras meditaba en el jardín una docena de libélulas revoloteaban a mi alrededor; fue una experiencia mágica porque me sentí muy acompañada. Aunque solo duró un momento, sentí mucha energía y al terminar me di cuenta que una de ellas se había quedado muy cerca, meditando conmigo.

Las libélulas son insectos largos y delgados de colores con una perfilada técnica de camuflaje. Tienen grandes alas con disposición aerodinámica, que no pueden plegar sobre el abdomen y son capaces de alcanzar velocidades de hasta 85 km/h. Se caracterizan por tener una excelente vista, y esto es debido a la estructura de los ojos que les permite casi los 360 grados de campo visual. Sus ojos definen una de las más increíbles e impresionantes vistas inspiradoras, simboliza la visión desinhibida de la mente y la capacidad de ver más allá de las limitaciones del ser humano.

Desde la antigüedad, la libélula es vista como portadora de la fortuna y, de poder y equilibrio, esto último, debido a su capacidad de volar en todas las direcciones. Son símbolo de la pureza en casi todas las culturas, porque anunciaban las lluvias. En Japón es un insecto asociado con la suerte y se lo denomina kachi-muchi o insecto victorioso, lo apreciaban mucho porque se comen a otros insectos que dañan los cultivos de arroz, salvaguardando las cosechas. Son consideradas como un símbolo de fuerza, felicidad y valentía.

Simboliza el cambio en la perspectiva de la auto-realización, la madurez mental, emocional y la comprensión profunda del significado de la vida. Su vuelo a través del agua representa un acto de ir más allá de lo que está en la superficie y mira en las implicaciones y aspectos más profundos de la vida. Su vuelo ágil y su capacidad de moverse en todas las direcciones destilan una sensación de poder y equilibrio.

Para algunos nativos americanos, las libélulas son las almas de los muertos. En México prehispánico, se consideró  como símbolo de pureza de agua, para los Mayas las libélulas ayudaron al sol a guardar los trozos rotos de la luna producto de un rayo. En la mitología hindú señalan que cuando las personas mueren sus almas se transforman en libélulas que esperan en la naturaleza hasta renacer en otra persona.

Las libélulas representan la renovación, las fuerzas positivas y el poder de la vida. Se le asocia con la buena suerte, prosperidad, rapidez, fuerza, paz, pureza y armonía. En la pintura japonesa, libélulas representan una nueva luz y la alegría. Nos abren las posibilidades de tener nuevas perspectivas, que nos permitan ver las cosas de diferentes maneras.

En el feng shui, la presencia de libélula en casa o jardines significa buena suerte especialmente en el del trabajo o negocio; ayuda a no perder las ilusiones y luchar por nuestras metas. Si puedes consigue un cuadro de libélula en el lugar de trabajo, casa, zona de estudio y recibidor. O puedes utilizar un colgante, pulsera o sortija para llevarla siempre contigo.

Creo que las libélulas nos dejan una gran lección de vida, pasan la mayor parte de su vida en estado de larva, luego en la fase adulta pueden alcanzar los cuatro meses de vida; viven muy poco y aun así disfrutan cada momento a plenitud; así debemos vivir nosotros, aprovechando cada día al máximo.

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