Miedo al Miedo
“No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo”, Nelson Mandela
El miedo es una emoción primaria, todos la hemos experimentado más de una vez. Muchas personas lo asumen como un trance negativo, pero en realidad no existen emociones negativas o positivas; todas tienen su lado bueno y malo. Si lo piensas, gracias al miedo sobrevivimos, porque nos permite reconocer las situaciones de peligro y preservar nuestra integridad. Creo que ni siquiera es una emoción desagradable; a mí por ejemplo, me encantan las pelis de terror y ese es un miedo que disfruto mucho.
Much@s de nosotros sentimos miedo y bloqueos, cuando debemos tomar decisiones trascendentales, cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles o nuevas. Tenemos miedo a no saber cómo resolverlas, a no ser capaz de salir adelante, a no encontrar el camino “correcto”; nuestra cabeza da muchas vueltas y el diálogo interno se vuelve incesante, y esto genera confusión, parálisis y bloqueo.
Pienso que lo importante, es no permitir que el miedo se convierta en una emoción que nos paralice, la única manera que conozco para evitarlo es no intensificarla con pensamientos negativos o limitantes, no echar leña al fuego. Debemos combatir esa emoción con el poder de nuestra mente, albergando pensamientos positivos, razonando y evitando las alucinaciones de nuestra imaginación. Es un intenso proceso de autocontrol emocional, se trata de conocernos, de bajar el volumen a nuestro ruido interno, , no dar mucha importancia a las “fantasías de los peligros que te acechan”, y recordar que no se ajustan a la situación objetiva, que están incrementados de tamaño debido a tu propio miedo. El miedo deja de ser tu enemigo si decides hacerle frente, entonces le quitaremos poder y dejará de ser una amenaza.
Hacer las paces con nuestros miedos no es algo que podemos realizar rápidamente, pero es sencillo si tenemos claro que lo queremos lograr. ¿Cómo lo hacemos? Debemos preparar nuestra mente, modificar nuestras creencias y aprender a mandar sobre nuestros pensamientos. Hay que buscar aquello que nos hace feliz, esto nos mantendrá lo suficientemente motivad@s para ir más allá, empoderarnos y superar nuestros temores.
Hasta aquí todo tiene mucho sentido, el problema es ¿cómo gestionamos nuestros miedos?…
1.- Cuestionémonos: ¿Qué es lo que me da tanto miedo?
2.-Analicemos: Debemos separar los hechos de los juicios, valoraciones y creencias. Identifiquemos nuestros pensamientos y creencias limitantes y reemplacémoslas por nuevas creencias que nos brinden seguridad y fuerza. Tomemos distancia de nuestro ego que habla sin cesar en este diálogo interno controlado por un cerebro que repite preguntas y respuestas negativas, paralizantes.
3.-Tomemos acción: Diseñemos un plan que contemple nuestras próximas decisiones. Pidamos ayuda, investiguemos, busquemos inspiración en otras personas que ya han transitado por ese camino. Abraza tus procesos de cambio con paciencia y determinación. Silenciemos nuestros pensamientos a través de técnicas de relajamiento, control mental, meditación, actividades que nos relajen.
Todos sentimos miedo, lo importante es no permitir que tome el control de nuestras vidas. El miedo es una señal de que no estamos disfrutando nuestro presente y que nos agobia la incertidumbre del mañana, porque aquí y ahora no hay ansiedad ni hay tensión!!
El miedo es reflejo de nuestro ego que no es capaz de soltar el control de las cosas que no dependen de nosotros. Por ello, lo mejor es dejar de lado las expectativas, dejar que todo fluya, ser consecuentes con nuestras decisiones y confiar en nuestro poder personal. Armonicemos con nuestros miedos, no le tengamos miedo al miedo porque es parte de nosotros y del camino que debemos recorrer para llegar al lugar donde queremos estar!!!
Imágenes tomadas de Internet
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