Nada Personal
Nuestras relaciones interpersonales y la cotidianidad nos enfrentan a situaciones que ponen a prueba nuestra inteligencia emocional, muchas veces podemos sentirnos agredidos y hasta lastimados por las actitudes de otros. Pero recuerda que todo tiene la importancia que tú le asignes.
Cada uno de nosotros crea su propia realidad, guiada por nuestras interpretaciones de lo que sucede a nuestro alrededor. Ofenderse o enfadarse por las actitudes de los demás es una elección personal, si lo analizas la atribución de intencionalidad en las acciones de terceros, también es una asignación nuestra. Yo les llamo “gente de piel dura” a aquellas que no se inmutan, viven su vida relajada y se toman todo con mucho sentido del humor y “gente de piel fina” a las que sufren por todo lo que interpretan de su entorno, se toman las cosas de manera personal y angustian o enfadan con facilidad.
Creo que todo lo que nos ofende nos debilita emocionalmente, nos desgasta e impide que seamos empáticos. Por ejemplo, si enviamos un mensaje por redes sociales y no nos contestan de inmediato interpretamos que no tienen interés de hablar con nosotros. Si llamamos a alguien y no nos atiende, pero además no nos devuelven la llamada, nos enojamos antes de preguntar qué fue lo que sucedió. Cuando alguien nos habla en un tono distinto, nos genera ansiedad y hasta nos puede lastimar. Estas interpretaciones generan una cadena de malos entendidos que nos causan sufrimiento.
Debemos trabajar en quitarle poder a todo lo que nos lastima. Erradicar la idea de que los demás tienen “mala onda” o “segundas intenciones” con nosotros, porque esos pensamientos nos intoxican. Muchas veces nos ofendemos porque hemos malinterpretado alguna situación o porque tratamos de alinear el comportamiento de los demás a nuestros propios deseos. Aun cuando estés convencid@ que no es una percepción, busca “endurecer tu piel” ante el ataque para que no te afecte, blíndate ante la hostilidad ajena.
Tomar las cosas de manera personal, es una interpretación de nuestro ego que nos hace sentir que somos el centro del universo y que todo gira a nuestro alrededor. Es parte de nuestro trabajo personal, ser empáticos y asertivos, construir relaciones armoniosas y entender con la mente y el corazón que todos actuamos de diferentes maneras. Debemos respetar nuestros tiempos y espacios y los de los demás. Actuemos con humildad y con la mente abierta.
Antes de ofenderte, relájate y piensa que no hay un complot del mundo en contra de ti. Vive feliz y sin presiones. Evita el conflicto, no te enojes con facilidad. Respira y ten paciencia, deja la rigidez de lado y explota tu sentido del humor. No juzgues ni critiques, sé tolerante. Cultiva tus pensamientos amorosos. Comunícate con responsabilidad, cuida tus palabras y acciones. Piensa que todo lo que hay dentro de ti es energía pura y lo que proyectas también.
Si alguna vez alguna situación te lastima, no reacciones con violencia, medita, camina y luego conversa desde el corazón. No actúes guiad@ por tus expectativas, recuerda que todo puede cambiar y lo diferente no siempre tiene que ser malo, disfruta de las experiencias que te regala la vida, nútrete de ellas. Vibra con las situaciones que te toca vivir y deja que todo fluya en tu vida. No te tomes nada personal.
Ilustraciones tomadas de Internet
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