Nuestro Juez Interior

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¿Alguna vez te has sentido enojad@ contigo porque sentiste que pudiste hacer las cosas de otra manera? ¿Te criticas sin valorar tus esfuerzos porque crees que ese es el camino para ser mejor? En realidad lo que haces es comportarte como un juez implacable y severo, que se encarga de señalar las actitudes y acciones que no hayan colmado satisfactoriamente tus propias expectativas personales. No se trata de ser autocomplacientes; sino de valorar nuestros esfuerzos y no opacarlos con auto exigencias absurdas, pretensiones y mandatos internos que no nos llevaran a ninguna parte.

Todos estamos de acuerdo que debemos dirigir nuestros esfuerzos a mejorar cada día, pero debemos ser amorosos y compasivos con nosotros. Debemos empezar amando todo lo que sucede con nosotros, debemos respetar nuestros errores, nuestros estados de ánimo, nuestras actitudes, nuestras limitaciones. Debemos trabajar en no juzgarnos ni criticarnos, debemos abrazar nuestra propia tolerancia. Darnos la oportunidad de nutrir y afirmar nuestra relación con nosotr@s mism@s de manera permanente. Siendo capaces de contenernos, cuidarnos, respetarnos, amarnos. Darnos tiempo y espacio para ir sintiéndonos mejor.

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Para no juzgarnos debemos fortalecer nuestra autoestima, esto se dice pronto, pero requiere un trabajo continuo. Podemos empezar trabajando en:

Amarnos; tratémonos con mucho amor, alejando las críticas y castigos emocionales; cumplamos nuestras promesas personales; tomemos decisiones positivas, respetemos nuestros tiempos, cambiemos nuestras actitudes y controlemos nuestras reacciones. Hablémonos con amor y aprendamos a conectar con el silencio, meditemos e identifiquemos todo aquello que debemos mejorar, también enfoquémonos en lo positivo, nuestras fortalezas y cualidades.

Autocuidado; Tratémonos como la persona que más amamos en el mundo; cuidémonos, como lo hacía mamá cuando éramos niñ@s. Vigilemos nuestra alimentación, descanso, ejercicio. Si hay situaciones que nos hacen sentir mal, respetemos nuestros límites emocionales.

Autoaceptación; Esta es la clave de nuestro poder; debemos aceptarnos y respetarnos. Amemos nuestros espacios de luz y sombra. Trabajemos en ser siempre la mejor versión de nosotros. Seamos amoros@s y compasiv@s, con nosotros y con los demás; desde ahí, todo comenzará a fluir.

Compromiso; cumplamos nuestras promesas, aquí no hay rigidez ni indulgencia. Se trata de disciplina y determinación para cambiar, para sanar, para crecer. Respetemos nuestros procesos; confiemos en la sabiduría del tiempo y que todo es parte de un plan perfecto.

Nuestro juez interior se alimenta de la auto exigencia, el ego, la crítica, las expectativas, la rigidez, la intolerancia, la frustración. Hoy es un buen momento para dejar ir todo aquello que no vibra con nosotros y fluir a través de actitudes amorosas, construir una buena relación con nosotr@s para que mejore nuestra interrelación con los demás.

Imágenes tomadas de Internet
Dulcinea
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