Oídos compasivos

Algunos días atrás tuve una conversación difícil; una amiga estaba pasando por una crisis incómodamente profunda y desordenada. Su relación de pareja había sido difícil durante años y no podía encontrar la manera de salir sin superar la culpa y el remordimiento.

Silenciosamente sintonicé con ella y solo la escuché. Mi deseo era estar allí para ella, no pretendía arreglar la situación, cambiar su actitud o aconsejarla sobre qué hacer. Solo estaba ahí conectada, oyendo con compasión su situación. A medida que sintonizaba con ella, la observe en muchos niveles: energética, física, emocional, espiritual y mental. Ella no era consciente de mi vista de gran angular, pero sabía que había creado un lugar seguro donde se sentía cómoda diciéndome cosas que no comparte fácilmente. Su angustia se aliviaba al ser escuchada sin juicio, sin critica, sin una respuesta inteligente, sin tener que demostrar nada, sin tomar una decisión difícil. Al final de nuestra conversación, me despedí cariñosamente y continúe haciendo mi trabajo amoroso y compasivo.

Siento que hay un gran aprendizaje reservado para mí en esta experiencia, porque fui yo quien tuvo que escuchar esa difícil historia que me compartió mi amiga. Entonces, decidí meditar y conectar con mi centro para pedir que ella y yo podamos encontrar el camino con facilidad. Estoy convencida de que esa fue mi forma de ayudar sin comportamientos intrusivos. La escuché y me convertí en lo que ella necesitaba: una amiga compasiva, que podía aguantar el sufrimiento que estaba experimentando.

“La comprensión es la sustancia con la que fabricamos compasión.”

Thich Nhat Hanh

Aquí te comparto algunas ideas para que trabajes en oír a los demás con compasión, alejándote del juicio y la crítica.

1. Conecta con el momento; enfócate y mantén tu atención en lo que estas escuchando, viendo y sintiendo. El contacto visual y los movimientos silenciosos del cuerpo te sumergirán en un campo de energía muy poderosa.

2. Abandona tu agenda; este momento no se trata de ti, de tus sentimientos o de cómo reaccionarías ante el mismo escenario. Nadie te está pidiendo consejos, solo necesitan de tus oídos para ser escuchados.

3. Desconéctate de todo, menos lo que estas escuchando; si tienes alguna distracción externa, como un mensaje en tu móvil, ignóralo. Dedica toda tu atención a tu interlocutor.

4. Si es necesario, formula preguntas con delicadeza; esta no es una sesión de terapia, sino una conexión de corazón a corazón y de alma a alma.

5. Ofrece tu corazón abierto, no un consejo mental sino con un corazón consciente, puedes conectarte en muchas dimensiones para mantener el momento puro.

6. Deja de intentar solucionar el problema, para eso está su terapeuta. Solo compórtate como un verdadero amig@.

7. Se amable con tus palabras y hechos: si sientes que estas a punto de cruzar una línea de incomodidad, retrocede y regálate una pausa para reflexionar.

8. Evoluciona con el problema en lugar de resolverlo, deja que tu interlocutor encuentre la cura y la solución.

Como oyente compasivo, das y recibes la energía del momento con aceptación, franqueza, amabilidad, conciencia y, sobre todo, amor por un ser humano que sufre a otro. Es un regalo tierno para ofrecer cuando se presenta la oportunidad.

Dulcinea
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