Perdonar es parte de nuestra transformación

El acto de perdonar es una de las acciones más elevadas, profundas, iluminadoras y liberadoras que podemos hacer. Cuando perdonamos, el alma despierta, el cuerpo sana, y la capacidad de amar incondicionalmente se fortalece. Los beneficios de perdonarse a sí mism@ o a otr@s regala bienestar en la mente, el cuerpo y el alma.

Pero si es tan beneficioso, ¿Por qué es tan difícil perdonar?

El perdón es un viaje, no un concepto. No es fácil de implementar, estar agradecido por lo que se tiene, en lugar de por lo que no se tiene. El perdón debe experimentarse como un viaje por muchas razones: estamos lidiando con emociones.

Cuando experimentamos una situación dolorosa, el muro alrededor de nuestro corazón se fortalece para protegernos del daño. No construimos conscientemente ese muro, pero el Ego crea automáticamente una fortaleza para la supervivencia emocional y física. El Ego cree que nos hace un favor al crear un muro de ira, odio o miedo que aísla al amor.

El perdón derriba el muro y aquí inicia el viaje. Cuando alguien nos dice que perdones, muchas veces nuestra primera reacción es «No». Las emociones son energías delicadas que necesitan reconocimiento y comprensión. El pensamiento consciente de perdonar es un buen comienzo. Pero ese solo pensamiento, no es suficiente. El perdón es profundo y nos toca de manera muy íntima, en donde los pensamientos por sí solos no pueden alcanzar. Debido a que el perdón no suele ser una reacción inmediata, el viaje puede llevar tiempo, quizás muchos años.

Lo mismo que nos hace sentir impotentes, es lo mismo que nos hará poderos@s. Cada experiencia está destinada a despertar nuestra alma, curarnos y empoderarnos de alguna manera. No todas las situaciones son placenteras, y aquellas que son desagradables son los catalizadores para evolucionar. Tomar la decisión de sanar y perdonar está bajo nuestro control. ¡Esto nos transforma!

El perdón no es un acto ocasional, es una actitud constante. 

Marthin Luther King Jr.

Todos nuestros sentimientos necesitan atención: el dolor, la ira, la traición, la tristeza e incluso el odio. Cultivemos el poder del amor del alma para que las emociones negativas se liberen lentamente. Es importante entender que las emociones no se cambian con los pensamientos, las emociones están destinadas a sentirse, a pesar del desafío. No podemos ser selectivos y elegir solo sentir amor y no ira. Pensar que podemos permanecer positiv@s en cada momento es falso. La negación de cualquier emoción obstaculiza su capacidad para perdonar y seguir adelante con libertad.

Nuestra verdadera responsabilidad es con el alma, todo lo demás es secundario. El perdón cura el karma, a medida que la energía viaja hacia el pasado, presente y futuro liberando la necesidad de repetir la misma circunstancia. No es necesario que permanezca en contacto con nadie con quien tenga un viaje de perdón. Cada experiencia nos enseña sobre nosotr@s y los demás; nuestra oscuridad y nuestra luz. Amarnos crea confianza, empoderamiento, salud y libertad. Dirijamos nuestras acciones a atraer amor, mejores relaciones y creatividad. Nuestra verdadera responsabilidad es despertar el amor del alma.

Los comportamientos humanos no son fáciles de enfrentar ni de entender. No todo el mundo podrá perdonar, simplemente porque el incidente puede ser demasiado trágico para superarlo. Pero hagamos nuestro mejor esfuerzo para curarnos, mantengamos espacio para el perdón a nivel del alma para que sigamos en el camino de nuestra transformación.

Dulcinea
Sígueme