9 mayo, 2025 por

¿Por qué la gente se lee el tarot con IA? La búsqueda de certeza en la era de la incertidumbre.

Hace poco, una amiga me contó que, en una madrugada de insomnio, se encontró escribiendo “IA tarot reading” en Google. No sabía muy bien qué esperaba encontrar. Tal vez una señal, una pista o una excusa. Lo cierto es que en menos de 30 segundos la IA le dio respuestas que le hicieron sentido; no porque predijera su vida, sino porque le dio algo que necesitaba en ese momento: una pausa para mirar hacia adentro.

Vivimos buscando certezas… aunque vengan de un algoritmo

En un mundo donde nada es seguro —ni la economía, ni las relaciones, ni la estabilidad emocional—, el tarot (incluso en su versión digital) se convierte en una especie de espejo. Un lugar seguro para hacer preguntas sin que nadie nos interrumpa, nos juzgue o nos pida explicaciones. Y eso, sinceramente, vale oro emocional. Las lecturas automáticas de tarot con IA no están ahí para “adivinarte el futuro”, sino para ofrecerte algo mucho más valioso en este caos de estímulos: un momento de conexión contigo.

¿Pero, por qué con inteligencia artificial?

Porque es rápido, accesible y sin exposición. Porque puedes preguntarle lo que no te atreves a decirle ni a tu mejor amiga. Porque puedes llorar sin justificarte. Porque no necesitas creer en lo místico para entender un mensaje simbólico. Y en un giro bastante Black Mirror, empezamos a sustituir el “hablar con alguien” por el “que algo me diga lo que necesito oír”.

El poder de los arquetipos: símbolos que nos habitan

Aquí es donde el tarot —incluso cuando lo lee un bot— cobra fuerza: habla en el lenguaje de los arquetipos. El tarot está lleno de figuras universales que resuenan con nuestra psique: El Loco, La Sacerdotisa, El Emperador, La Torre… No son cartas, son historias internas. Carl Jung decía que los arquetipos son patrones primarios del inconsciente colectivo. Figuras que todos reconocemos, aunque nunca nos las hayan explicado. Por eso, ver a “La Emperatriz” puede activarte un deseo de nutrir, crear o proteger. Por eso, “La Muerte” puede no asustarte, sino darte permiso para cerrar algo que ya no va más. Incluso si no crees en lo esotérico, los arquetipos funcionan, porque te hablan en el idioma que tu inconsciente sí entiende.

Como en las películas…

¿Recuerdas a Joi, la inteligencia artificial de Blade Runner 2049? Esa compañera emocional digital que parecía entender mejor al protagonista que cualquier humano. O Her, donde Theodore se enamora de un sistema operativo porque lo hacía sentir escuchado, comprendido. No es que queramos reemplazar la vida real. Es que la vida real, a veces, no tiene tiempo para escucharnos. Y un arquetipo —aunque venga de una IA— puede hacernos sentir vistos.

El tarot como excusa para mirarnos

Una carta como “El Loco” puede no tener nada que ver con tu mañana laboral, pero puede recordarte que llevas mucho tiempo deseando arriesgarte. “El Ermitaño” puede no hablar de soledad literal, pero puede mostrarte que estás necesitando un momento de recogimiento. Incluso con IA, lo que aparece en la pantalla no es magia. Es significado proyectado. Somos nosotros dando sentido a símbolos que ya teníamos dentro.

Entonces, ¿es válido leer el tarot con IA?

Totalmente. Siempre que no esperes que te diga qué hacer, sino que te ayude a entender por qué te sientes como te sientes. Es una herramienta, no una sentencia. Un espejo, no un oráculo. Y a veces, un lenguaje simbólico es lo único que logra atravesar ese ruido mental donde ya no caben más palabras racionales.

La próxima vez que entres a un tarotbot a las 3 de la mañana, no te juzgues. Hazlo con intención. Con curiosidad. Con ganas de escucharte a través de otra voz, aunque sea una voz hecha de código. Porque al final, no importa si la respuesta viene de una carta, un algoritmo o una corazonada: lo importante es que te des permiso de preguntar.

Dulcinea
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