¿Por qué te cuesta tanto meditar?

Meditar tiene que ver con entrenar la mente, dejando de lado los pensamientos, emociones y distracciones de estímulos externos. Meditar es acallar la mente y conectar con el interior. Cuando meditas te conectas con el infinito, con la fuente de creación divina y con tu Ser Superior. Te conectas con tu divinidad.

Se trata de una práctica voluntaria guiada por tu alma y no por tu mente; por ello no puede ser obligada ni rígida. En este blog he publicado más de un post acerca de la meditación y lo sigo haciendo porque considero que es una práctica que nos ayuda a evolucionar.

Muchas veces nos sentimos intimidad@s porque no sabemos cómo meditar o por qué no podemos concentrarnos durante la meditación. No te agobies porque eso es normal, no ha pasado a much@s, pero no te rindas, sigue adelante que como lo estás haciendo está bien, a tu manera está muy bien; aunque al principio no sientas nada y por momentos tengas la sensación de que estas perdiendo el tiempo; créeme estas ganando mucho tiempo!

Meditar es aprender a estar presente, sin juzgar, sin analizar. Y aunque sabes lo importante y beneficioso que es; muchas veces creas nuevos pretextos para no hacerlo; aquí te menciono algunos para que los identifiques y elimines

  1. No tienes tiempo para meditar. Estas muy ocupad@.

No necesitas más que un par de minutos al día para comenzar una práctica de meditación. Dedica 30 segundos para cerrar los ojos y tomar una respiración profunda. Aparta pequeños momentos en el día, uno o dos minutos, para sientas los beneficios de la práctica de meditación.

  1. Tienes que saber meditar.

Aunque la meditación está de moda y muchas personas hablan de posturas, ambientes, inciensos y demás artilugios; la realidad es que la meditación es una técnica para calmar la mente que se utiliza hace miles de años; cualquier persona puede meditar, ya que meditar es entrenar la mente para que tus pensamientos no te dominen y aprender a estar más consciente del presente.

  1. Cuando intentas meditar tu mente no puede concentrarse.

Lo de la mente en blanco, es un mito. Deja el estrés y la frustración de lado, solo trata de que tus pensamientos no te dominen; aléjate de ellos y concéntrate en tu respiración o en la visualización que hayas elegido. Honra tu espacio de silencio y consciencia.

Ilustraciones tomadas de Internet
Dulcinea
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