Reconexión Personal

Me gusta mi vida, aunque a veces pienso en que podría ser mejor. Me autoexijo, en un día cotidiano mi despertador suena a las 5am, me gusta aprovechar el día; aunque a veces también quiero quedarme entre mis sabanas. Salgo a prisa de casa, escucho a Antonio Orozco, que me devuelve la vida… Siempre llego a tiempo, doy clases en la universidad, luego tengo alguna reunión con clientes, almuerzo con alguien que sienta que me haga una mejor persona, amo estar rodeada de gente que siempre me aporta. Aparecen más reuniones en la agenda, cuando termina me sumerjo en mi ordenador para aterrizar las ideas, actualizo las redes sociales, contesto mails y agendo más reuniones… Y así se pasa la semana. ¡Siempre corriendo de un lado a otro!, tratando de cumplir metas impuestas, con el agobio de no cumplir en la fecha, traducido en temor a fallar…

Pero, ¿por qué aparece la angustia y el miedo, si hacemos algo que disfrutamos? Creo que es porque vivimos pensando en el futuro, en los resultados de todo lo que hacemos, en la aceptación de los demás, en cumplir los objetivos y muchas veces en complacer expectativas ajenas. De ahí proviene el miedo y la inseguridad.

Para no tener miedo es necesario dejar de pensar en el resultado, no agobiarnos por el futuro. Concentrarnos solo en el presente, en lo que estamos haciendo ahora, en este momento. Vivir el aquí y ahora no es una formula vacía y discursiva; es vivir el futuro respirando hoy y obtener excelentes resultados en el mañana. Así que trabajemos tranquil@s, concentrando nuestra atención en lo que hacemos en este momento.

La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”. 

John Lennon

Diariamente estamos enfocad@s en arreglar, crear, resolver, reaccionar, atender, decidir y lograr una larga lista de tareas pendientes aparentemente importantes. A medida que pasa el día, permanecemos concentrad@s y muchas veces estresad@s porque sentimos la necesidad de estar a tope en nuestro trabajo, con nuestra familia; incluso en el gimnasio, clases de yoga y caminatas pensamos en nuestros pendientes. Cuando logramos desconectar un momento, suena el móvil y nos recuerda que hay algo nuevo que atender. Cada momento está dedicado al movimiento hacia adelante de una manera frenética.

Cuando nos encontramos con estos patrones, es necesario reiniciar, un descanso y un momento de Zen. Está comprobado que la mente necesita relajación y descanso para contrarrestar el estrés diario. Cuando no descansamos lo suficiente estamos propensos a una amplia gama de problemas de salud, desde enfermedades cardíacas hasta derrames cerebrales, resfriado común o gripe. El sistema inmunológico comienza a fallar cuando suben los niveles de estrés, creando estragos y enfermedades de muchos tipos. Sin embargo, si nos damos la oportunidad de comer alimentos frescos, dormimos profundamente con pocas interrupciones, ejercitamos el tu cuerpo con regularidad, prestamos atención a nuestras necesidades internas y tenemos una actitud relajada, la vida cambiará para mejor.

Entendamos el POR QUÉ necesitamos relajarnos. Cierra los ojos y con tu imaginación escanea tu cuerpo y tu mente.. Es posible interrumpir nuestros hábitos e introducir un deseo consciente de relajarse y descansar, incluso durante cinco minutos. Cuando cambiemos nuestra actitud de estar demasiado ocupad@ para relajarse, comenzaremos a operar de una manera física, mental más óptima.

Para relajarnos podemos hacer cosas simples como leer una novela, ver Netflix, asistir a un evento deportivo o un concierto en vivo, dar un paseo, tocar un instrumento musical, crear tu arte (fotografía, escultura, óleo o dibujo a lápiz) escribir una novela o poesía, meditar, cantar, hacer jardinería, reorganizar tu casa, pasear al perro o tomar una hamaca siesta; las opciones son infinitas. En esta época en donde hemos tenido que pasar mucho tiempo en casa hemos desarrollado o retomado hábitos que nos ayudan a mantener nuestra mente relajada; lo más importante es no olvidar que es necesario dedicar tiempo para ti. Hacer una pausa para volver a conectar.

Dulcinea
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