Reflexiones Creativas
Hoy pase la tarde leyendo un cuento Zen, que me inspiro a escribir este post de creatividad que comparto contigo .No importa que actividad desarrolles, si eres publicista, contador, comunicador, artista, empresario, tarotista, administrador, cajero, obrero, vendedor o mamá a tiempo completo; lo importante es que debes saber que estimular tu creatividad es importante para tu desarrollo personal y que tu aporte creativo es fundamental para tu entorno.
La creatividad es la representación de nuestra alma, es el resultado de todo lo que tenemos dentro, experiencias, sentimientos, referentes, viajes, libros,sensaciones, percepciones, cultura; por eso el concepto siempre esta relacionado con la originalidad. Los seres humanos somos creativos por naturaleza; debemos motivarnos, creer, mirar, saber escuchar, tener la capacidad de cambiar de perspectivas, despertar nuestros sentidos y evitar esos bloqueos que nosotros mismos nos imponemos. La creatividad no depende exclusivamente de la inspiración, depende de estar en sintonía con uno mismo y de dejar fluir!!!.
«Un maestro zen estaba pintando un cuadro y su principal discípulo estaba sentado a su lado para decirle cuando el cuadro estaba perfecto. El discípulo estaba preocupado y el maestro también estaba preocupado, porque el discípulo nunca había visto hacer algo imperfecto al maestro. Pero ese día las cosas se empezaron a torcer. El maestro lo intentó y cuanto más lo intentaba más lo estropeaba. El arte de la caligrafía se hace sobre papel de arroz, muy sensible y frágil. Y cualquier titubeo hará que se extienda más tinta de la cuenta y quedará reflejado para siempre. Y un entendido dirá: “no es una pintura zen en absoluto porque una pintura zen es espontánea, tiene que fluir. El maestro lo siguió intentando y cuanto más lo intentaba, más sudaba. El discípulo estaba allí sentado negando constantemente con la cabeza:
-No, no está perfecto. – Y el maestro iba cometiendo cada vez más errores.
Entonces se empezó a acabar la tinta, de modo que el maestro dijo:
– Sal fuera y prepara más tinta – Mientras el discípulo estaba fuera el maestro hizo su obra maestra. Cuando el discípulo volvió a entrar dijo:
– Pero ¡maestro, está perfecto! ¿Qué ha sucedido?
El maestro se echó a reír y dijo:
– Me he dado cuenta de una cosa: tu presencia, la misma idea de que aquí hay alguien para apreciar o criticar, diciendo sí o no, alteró mi tranquilidad interna. Ahora ya nunca más será alterada. Me he dado cuenta de que estaba tratando de hacerla perfecta y ésa es la única razón de que no fuera perfecta».
Fuente: Cuento Zen, extraído del libro Creatividad
Autor: Osho
Imagen: Internet
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