Renunciar No te Asegura la Felicidad Prometida!
Existe una tendencia en las redes sociales en donde algunos gurus del empoderamiento aconsejan a sus seguidores, dejar tu trabajo, viajar, emprender y aventurarse a lo desconocido. Todo suena muy emocionante e idílico, porque esas personas que aconsejan tirarse a la piscina sin flotador, tienen auspiciadores, otros ingresos o familiares que los solventan; es decir no se mantienen por si sol@s. Así, el consejo de moda resulta una idea irresponsable y sobrevalorada porque pensar que sólo a través de dejar un trabajo se pueden cumplir los sueños y llegar a la realización espiritual, es una absoluta utopía.
Es verdad que las rutinas, obligaciones y demandas del trabajo; muchas veces no dejan espacio para disfrutar de actividades que nos relajan y nos brinda toda la felicidad que anhelamos; pero también es cierto que gracias a ese trabajo podemos asumir nuestras responsabilidades y mantener nuestra vida.
Existen muchas circunstancias que nos impiden dejar todo e irnos y no por eso tenemos que vivir una vida infeliz e inconforme. Pienso que por el contrario es indispensable disfrutar y agradecer cada cosa que hay en nuestro presente porque es el camino que nos llevará al futuro que estamos diseñando.
El trabajo que tengas no es el problema de tu vida, el problema es lo que piensas de él, el problema es querer cumplir con unas expectativas impuestas por la visión de algunas personas. Dejar tu trabajo no necesariamente significa libertad y más si la libertad no viene desde tu propio ser, y más si lo haces por complacer unos estándares que pueden ser irreales o que están llenos de ideas del camino de otros.
Agradecer con el corazón y hacer el trabajo con amor es parte de tu crecimiento espiritual, de tu servicio hacia los demás. A veces la solución no necesariamente es dejar tu trabajo, porque puede que eso sea lo que viniste a hacer para ayudar a otros, a veces lo que se necesita es que cambies de perspectiva, que lo hagas de otra forma o en otro lugar, pero sobre todo que tengas el discernimiento suficiente para saber si de verdad no te gusta o te estás dejando influenciar por tu entorno.
Apuesta siempre por aquello que te hace feliz, que te ayuda a crecer y evolucionar. Si consideras que tu trabajo te aporta nada, has lo posible por migrar pronto, pero no salgas corriendo de tu propio camino por lo que dicen los demás, sobre todo por vivir una vida de espejismos, en donde todo no es tan glamoroso como lo pintan, si quieres tener tu propio negocio debes esforzarte al máximo, incluso más que en un trabajo de oficina; si quieres viajar también tienes que ponerle bastante esfuerzo, ahorrar, planificar, y definitivamente si quieres aportarle algo verdadero al mundo tienes que ponerle el corazón y toda tu energía en ello. Vive intensamente y camina con paso firme y seguros para llegar al lugar en donde quieres estar. Sé tu propia autoridad!
Ilustraciones tomadas de Internet
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