Resiliencia
A veces pensamos que lo que nos pasa en la vida es injusto, aunque nada tenga que ver la justicia con nuestros deseos; culpamos al destino de lo que no nos gusta o nos genera algún sufrimiento. Nos deprimimos, ahogándonos en un vaso de agua; sin buscar soluciones, sin pensar que todos tenemos la capacidad de enfrentar lo que nos sucede. Todas las mañanas, después de revisar la prensa o ver las noticias me quedo pensando que en todo el mundo hay sufrimiento, que eso es inevitable. A veces me siento agobiada cuando leo acerca desastres naturales, conflictos de familias, problemas de parejas, enfermedades y demás. Pero también pienso en la entereza y el carácter resiliente de los seres humanos; en esa asombrosa capacidad de salir adelante ante la adversidad.
Resiliencia es una palabra hermosa. Se refiere a la capacidad de las personas de sobreponerse al dolor emocional, adversidades de la vida, superándolas y transformándose positivamente. Incluye cualidades como esperanza, resistencia, tolerancia, adaptabilidad, recuperación o superación de contingencias, autoestima, solución de problemas, toma de decisiones, y ecuanimidad ante presiones considerables.
Las personas resilientes son seres comprometidos consigo mismos, tienen una profunda creencia en la vida, capaces de tener el control de las circunstancias y son flexibles a los cambios. Son capaces de tener actitudes positivas y analizar en perspectiva las posibles soluciones. Desarrollan su capacidad de liderazgo a partir de la empatía. Esto no significa que las personas resilientes no sientan dolor o estrés ante las adversidades; también sufren, sienten inseguridad e incertidumbre ante los problemas de salud, deudas, rupturas sentimentales, muerte de alguien querido, falta de trabajo o vicisitudes cotidianas. Aun así, logran sobreponerse y con mucha actitud buscan una pronta solución a eso que los desestabiliza emocionalmente.
La espiritualidad y la fe alimentan nuestra resiliencia. La meditación ayuda a la introspección y estimula nuestra creatividad. Es importante tener amplitud de pensamiento, ser tolerantes y flexibles, además debemos concentrarnos en la realidad, tener buena actitud, ser positivos y dominar nuestras emociones e impulsos. Debemos trabajar en nuestra seguridad, confiando en nuestras propias capacidades, para ello debemos identificar con absoluta honestidad nuestras debilidades y fortalezas. Pero lo más importante es ser empático con nosotros mismos y con los demás; debemos conectar con nuestras emociones, como punto de partida a la búsqueda de soluciones.
Comparto contigo una historia que tiene mucho sentido:
En una plática con su madre, una muchacha bastante desanimada se quejaba de lo mal que le iba en la vida. Mientras la escuchaba, la madre puso en el fuego tres ollas con agua; cuando hirvió el agua, colocó en una de las ollas zanahorias, en otra huevos y en la última granos de café. Minutos después, apagó el fuego y colocó los insumos en la mesa. Entonces pidió a su hija que sienta las texturas. Ella comprobó que las zanahorias estaban blandas. Rompió los huevos y sintió que estaban duros. Se acercó al café y el aroma era delicioso. Entonces la madre explico, que los tres elementos habían enfrentado el mismo proceso; pero su reacción y resultado era absolutamente distinto. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua caliente se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cascara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café habían cambiado al agua. ¿Cuál eres tú, cuando la adversidad llega a tu vida?, preguntó a su hija – «Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto dura y rígida? – O eres como los granos de café que logran cambiar al agua caliente, convirtiendo la adversidad en su mejor momento; es decir reaccionas mejor y eres capaz de hacer que las cosas a tu alrededor mejoren.
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