Tu alma tiene algo que decirte

Es natural que cuando nos sentimos agobiad@s, tristes, enojad@s o deprimid@s; nos quejamos y renegamos de nuestras circunstancias. Sentimos que somos desdichad@s  y muchas veces nos vemos como víctimas de injusticias que no merecemos; a menudo nos resentimos y entramos en un estado de parálisis que nos impide ver la situación en perspectiva. Este es un enfoque absolutamente ineficaz para lidiar con las realidades de la vida.

Si aceptamos las circunstancias, liberamos el paso. Si nos aceptamos, también somos capaces de aceptar a otros y dejar de juzgarnos, de juzgar a los demás y nuestros procesos. Es importante tomar decisiones según lo que la vida nos presenta, con aceptación y madurez, aplicando la sabiduría aprendida de nuestras experiencias – sobre todo las difíciles – para comenzar a escribir una historia diferente. Ya ha sido suficiente de repeticiones y drama. Es momento de poner límites y hacer algo distinto, aplicando nuestro mejor criterio, entendimiento y confianza en nuestra percepción.

En lugar asumirnos como víctimas, podemos elegir un camino de liderazgo, tomando el control y la absoluta conciencia de nuestras emociones. También debemos establecer intenciones para nuestro estado de ser deseado y estar dispuestos a realizar cambios en la forma en que reaccionamos al mundo que nos rodea. Esto requiere estudio, disciplina, práctica y ejecución.

Para lograr este nivel de consciencia, necesitamos incluir en nuestras vidas prácticas saludables como la meditación, que nos ayudará a manejar los desafíos y las elecciones de la vida. La práctica regular de la meditación nos permitirá ver el mundo a través de una lente más clara y enfocada y nos brindará una mayor capacidad para acercarnos a lo que es realmente relevante para nosotros. Al hacerlo, podemos determinar nuestro papel en las circunstancias de la vida. Al mismo tiempo nos alejará gradualmente de una vida de culpa, a medida que asumimos una mayor responsabilidad por nuestros propios pensamientos, sentimientos y acciones. Dando como resultado la realización de más libertad independientemente de cómo se vea el mundo que nos rodea.

Si hoy te sientes un poco inquiet@, medita algunos minutos. Si tu ruido mental está alto o te sientes cansad@, medita. Si tienes que tomar alguna decisión, medita. Cierra los ojos, respira profundo y lleva tu atención a tu respiración. Puedes hacerlo en cualquier lugar, sin ninguna técnica en particular, es sólo un par de minutos. Practícalo seguido y cada vez recuperarás más rápido tu equilibrio.

Es importante prestar expandir la consciencia y cortar ataduras. Para dejar atrás lo que pesa y duele, para liberarte de limitaciones auto impuestas y abrirte paso hacia una nueva claridad y paz interior. Medita y haz silencio para escuchar a tu alma; piensa que tu maestr@ interior tiene algo que decirte.

«La mayoría de los seres humanos, son como hojas que caen de los árboles, que vuelan y revolotean por el aire, vacilan y por último se precipitan en el suelo. Otros, por el contrario, casi son como estrellas; siguen su camino fijo, ningún viento los alcanza, pues llevan en su interior su ley y su meta» (Siddharta Gautama)

Dulcinea
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