Vivir en la regla de oro

Aplicar la regla de oro es un estándar compartido por muchas culturas que se remontan a miles de años de la humanidad. Tiene distintos enfoques, pero básicamente se reduce a tratar a los demás como esperarías que te traten a ti, mostrando respeto y defendiendo la dignidad tuya y de los demás. No siempre es una regla fácil de seguir, especialmente en tiempos difíciles, situaciones adversas y sufrimiento personal, pero es una forma de permanecer conectad@ con tu alrededor.

Para vivir bajo estos principios debemos comprender su verdadero significado y cómo aplicarlo de manera efectiva. Aquí te dejo algunas formas de incorporar los preceptos de la Regla de Oro en tu vida diaria.

  • Mira lo bueno en las personas. Haz que la gente se sienta especial.
  • Se el primero en dar. Comparte sin ninguna razón.
  • Respeta las reglas. Espera tu turno.
  • Escucha a los demás. Comunícate con asertividad.
  • Se imparcial. Aléjate del juicio y la crítica.
  • Mantén tu mente abierta. Busca la verdad escuchando los argumentos opuestos y dejando que otros desafíen tus puntos de vista y opiniones.
  • Dale una oportunidad a la gente y trata a todos con el mismo respeto que tu exiges para ti.
  • Haz que cada colaboración sea beneficiosa para todos. Nunca te aproveches de los demás.
  • Se desinteresad@. Antepón las necesidades de los demás a las suyas.
  • Se sincer@. No hables mal de nadie porque eso dice mucho de ti.
  • Da opiniones constructivas, la retroalimentación es útil; la crítica es hiriente y dañina.
  • No exijas cosas de los demás que no estés dispuest@ a hacer tú.
  • Trabaja mucho y aprende a trabajar en equipo.
  • Se compasiv@. Defiende a los menos afortunados.
  • Se tolerante. No fuerces tus puntos de vista de sobre los demás. No puedes esperar que otros abandonen sus valores más de lo que tú abandonarías los tuyos.
  • Se generos@, comparte y todo volverá multiplicado.
  • Sé un buen amigo en las buenas y en las malas.
  • Escucha ambos lados de un debate, antes de formar tu opinión.
  • Construye relaciones de confianza. Gánate el respeto en lugar de exigirlo.
  • Se equitativ@.
  • Perdona y olvida. Déjalo ir. Buscar represalias, en lugar de perdón, te atrapa en la ira.
  • Comparte los créditos y reconocimientos, es parte de tu generosidad.
  • Manten la esperanza, aun cuando se sienta cuesta arriba.
  • Respeta las prioridades de las personas en lugar de hacer todo por ti.
  • Levanta la mano en lugar de ofrecer a otros como voluntarios.
  • Ofrece tu amor incondicional. Acepta a las personas por lo que son, no por lo que quieres que sean.
  • Gánate tu sustento. No consigues lo que quiere; obtienes lo que te mereces.
  • Renuncia al control. Pon tu fe en las personas en lugar de juzgarlas.
  • Muestra tu agradecimiento y nunca des nada por sentado.

Mientras más empatía practiques, es más probable que recibas lo mismo a cambio. Recuerda que la regla de oro funciona en ambos sentidos, es reciproco. Es un estándar que nos permite enfocarnos en nuestros valores comunes y nuestra coherencia moral. A medida que el mundo se desarrolla progresivamente hacia una comunidad global, la necesidad de emplear la regla de oro en nuestra existencia cotidiana se vuelve vital para la convivencia armónica.

Haz el esfuerzo hoy y mañana de nuevo. Cuando haces algo bien todos los días, el impacto acumulativo es enorme. Antes de que te des cuenta, estás viviendo la regla de oro!!

Dulcinea
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